“Mucho ruido y pocas nueces”
Vicente Medina de la Bastida
La expresiva frase de Sócrates: “solo sé que no sé nada”, lo dice todo. Aquí no bastan dichos baratos de politiqueros, esto se extiende más allá de lo personal. Damos por sentado que el conocimiento, un título, o su promedio intelectual sea halagador, pero no es suficiente. Mucho tiene que ver con nuestra personalidad, la voluntad, la vocación de servicio y conducta social, más allá del dinero. Todos los días nos aburren con las mismas alocuciones de boca y actitudes de sabihondos, al puro “staff” ejecutivo. El Congreso, nueve meses, ni con cesárea un proyecto digno de un trabajo en equipo, una investigación concienzuda, con reformas profundas; lo que vemos, estériles compromisos, y rencillas políticas. Un Gobierno que piensa únicamente en lo económico, TLC y otros espejismos, como si fuera la panacea a nuestros males. ¿Nos preguntamos si del petróleo el ciudadano pueblo haya recibido un sucre, y mejorado su nivel de vida? Antes, se debe cumplir con la palabra empeñada: limpieza de la casa de sabandijas, sustanciar la estabilidad del país, blindar al pueblo con una red de protección social; que el caudillo populista y las protestas estarán a la vuelta de la esquina. De la Función judicial, ni hablar, con el relajo vergonzoso del Cpccs, está el ejemplo. Y los hipócritas se preguntan: ¿Por qué permite Dios todo esto? ¡Así sea!
Reflexiones sobre el momento del país
Luis A. Herrera H.
Los acontecimientos sucedidos en estos últimos tiempos en el ámbito ecuatoriano son motivos suficientes, obligatorios para la reflexión argumentada y concluyente sobre la verdadera situación nacional. El aluvión en Quito, accidente por atentar contra la naturaleza, y los bochornosos hechos acaecidos en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, protagonizados por intereses de los vocales de dicha institución son la gota de agua que se derrama ante tanto escándalo y afecta a todas las estructuras sociales, económicas, políticas e institucionales. Esta crisis expresa de manera real y tangible la conversión de nuestro Ecuador en país subdesarrollado. Se exhibe como careta el membrete de país en vías de desarrollo cuando la verdad es el retroceso, el anclarse a etapas ya superadas. Las funciones del Estado no responden a las necesidades del momento. El gobierno, función ejecutiva, incapaz de administrar el bien público, busca préstamos para soluciones parches. La justicia desacreditada, timorata con inequidades en las sentencias judiciales. La Función Legislativa conformada por legisladores impreparados para legislar y fiscalizar. La demagogia, el populismo, el engaño, la violencia, la criminalidad, la muerte, el robo, el soborno, el interés personal y de grupo priman sobre los grandes e inmarcesibles objetivos nacionales. La mayoría de la población obsesionada por el dios dinero, motor del consumismo, se ha olvidado de las necesidades primarias, básicas en la vida digna y buena: salud, alimentación, vivienda, vestido, educación, trabajo. Es hora de reflexionar, actuar, cambiar y seguir el ejemplo de nuestros próceres.
Democracia defectuosa 2
Francisco Almeida Caviedes
Ecuador debe tener un Estado eficiente; una sociedad civil comprometida y participativa; para llegar -algún momento, ¡ojalá pronto!- a ser un país desarrollado con seguridad integral, y una democracia con justicia social. Los defectos y errores a lo largo de nuestra vida republicana, en especial en los últimos quince años, se han convertido en graves problemas estructurales y coyunturales.
Luego de leer y escuchar a varios “entendidos constitucionalistas”, jurisconsultos y muchos ecuatorianos de bien, se concluye que: la única manera de desatar el nudo gordiano del “desorden organizado”, es a través de una Consulta Popular para regresar a la Constitución del 98.
Eliminaríamos los dos poderes que estorban y nos avergüenzan todos los días. Lo conveniente de la Constitución vigente, y lo necesario para un mejor funcionamiento del Estado, debe ser estudiado, por los antes mencionados, más la participación de la academia, universidades y los Colegios de Abogados: el resultado debe ir al Gobierno y al Congreso para su trámite. Lo urgente y necesario es reformar el Código de La Democracia, no podemos tener casi 300 partidos y movimientos políticos.
Disminuir el número de diputados, con alrededor de 70 estaríamos más que bien; elegirlos en la segunda vuelta; analizar la conveniencia de la bicameralidad (el senado debería seleccionar a las autoridades de control y más funcionarios). Deben mejorarse los requisitos, de tal manera que tengan el conocimiento y la experiencia para legislar y fiscalizar-¡no puede ser 18 años!-.
Algo rescatable, es la participación ciudadana desde la sociedad, lo que hace la Comisión; a la que se le debería dar mayores atribuciones; por ejemplo, ser el primer filtro para seleccionar a las autoridades y funcionarios de los organismos de control, CNE, etc.; ser parte activa de las investigaciones y los proceso a los corruptos.
Me uno a los millones de ecuatorianos que comienzan a decepcionarse, porque aún no se cumplen las promesas de campaña: consulta popular y la conformación de la Comisión Internacional Anticorrupción, recuperación de lo robado, repetición a los responsables, con la colaboración y asistencia de la ONU. Se dice que son $70. 000 mil millones de dólares– casi igual a la Deuda Pública Total– si no se hubieran robado y no hubieran hecho tantas malas obras, algunas inexistentes, incompletas, otras, con enormes sobreprecios: no hubiera sido necesario endeudarnos e incrementar los impuestos.
A propósito de impuestos, deben cobrar a los grandes evasores y “elusores”; especialmente, a aquellos que tienen “patente de corso” porque financian campañas. Una mejor administración del petróleo y la minería legal, para incrementar el presupuesto en lo social y seguridad: dar prioridad a educación, salud, servicios básicos, buenas carreteras, Internet, especialmente en la ruralidad y en los sectores más vulnerables. Equipar con mejor tecnología — frecuentemente depurarlas–, pedir cooperación a gobiernos amigos con mejores estándares; a fin de tener una Fuerza Pública acorde a las apremiantes y dolorosas amenazas actuales.
¡Sr. Presidente G. Lasso, sería inaceptable que se negocien principios para aprobar leyes, ¡y peor si fueran chantajes de los corruptos responsables del mayor desastre del país! ¡Necesitamos progreso, desarrollo y seguridad, en fin: un salto al futuro!
¡No debemos olvidar! : “Nunca antes, tan pocos, hicieron tanto daño a nuestro ECUADOR”.
El alma de los bebés abortados
Johanna Reyes Lasso
Uno de los temas que inundan las redes hoy en día, es el aborto. Una práctica antiquísima, aplicada por muchas civilizaciones, como la antigua Grecia, donde los seres del Olimpo la impusieron a fin de controlar a la población humana, mientras ellos continuaban reproduciéndose, copulando con otras criaturas y humanas desfavorecidas, y, sin dejar a un lado sus típicas orgías homosexuales, pedófilas y zoofilias características, dada su naturaleza.
En efecto, la práctica siempre se mantuvo y la aplicaron romanos, sodomitas, egipcios y en lo posterior, muchas otras civilizaciones, que hacían oídos sordos a los filósofos de la época que argumentaban la existencia de un alma, esa esencia o psycho que animaba a todos los seres vivos, y cuyos estudios, hasta la fecha, nadie ha logrado concertar. Asimismo aunque con el tiempo se cambiaron los modos de producción y se instauraron nuevas formas de gobierno, la práctica continuó, acarreando no sólo muertes fetales sino también de mujeres al instante, o días después de la intervención, incluso, dejándolas infértiles por el resto de sus vidas.
En la actualidad, aunque los científicos no logran determinar si los fetos ya sienten dolor a las 22 semanas de gestación, 26, 30 o 35, lo que sí conocemos es que un ser vivo, porque desde el momento que tiene vida, puede crecer, es decir, una mórula no pudieran pasar a ser blástula ni gástrula, si no tuviera vida; que si el alma tendría 21 gramos o no de peso, aunque sí, que es una sustancia gaseosa que no muere con el sujeto, sino que al morir, regresa al universo; que el feto no tiene latidos cardíacos desde las 28 días, sino que estos se pueden percibir desde los 16 días, constituyéndose paulatinamente como un organismo completamente distinto de aquel que lo acoge y nutre. En este punto, cabe recalcar por ejemplo, que recién en el año 2019, los científicos lograron descubrir que los árboles tenían un latido similar al corazón humano, esto -según refieren- porque antes, no se contaban con los aparatos tecnológicos adecuados para escucharlos. Y finalmente, otro aspecto, no menos importante, el interés de ciertas industrias en fomentar el aborto, porque los bebés abortados, son su materia prima.
Así, mientras los científicos continúan investigando el alma con sus limitados instrumentos tecnológicos -tanto en nanómetros como en Hz- buscando el tiempo en el que instalaría en el feto; su peso; su textura; e incluso tratando de fotografiarla al momento de la expiración, las bancadas políticas aprueban las leyes de los pueblos, sin considerar la esencia de la vida.