Persistencia retiniana

Textos breves sobre cine. Twitter: @andrescardenasm. Instagram: @andrescardenasmatute

Andrés Cárdenas Matute, autor del blog Persistencia Retiniana

Andrés Cárdenas Matute

Estudió periodismo en Ecuador y Chile. Ha escrito para periódicos y revistas de Ecuador, Colombia y España. Actualmente vive en Italia, en donde realiza estudios de doctorado sobre filosofía del cine.

Lazzaro felice (2018)

Fotograma de la película Lazzaro Felice. Foto: Filmaffinity

Difícilmente podríamos decir que el santo, el justo, la persona decente, tiene a la ingenuidad como principal rasgo de carácter. Conseguir hacer en cada momento lo más valioso generalmente supone, más bien, una grande dosis de realismo, además de cierta consciencia del dolor-gozo de los otros y del dolor-gozo de las propias decisiones. Lazzaro, el personaje principal con el que la italiana Alice Rohrwacher se llevó el premio al mejor guion en Cannes hace cinco años, es todo lo contrario. Lazzaro no percibe el peligro de los objetos, Lazzaro se lo cree todo al pie de la letra, Lazzaro no se da cuenta cuando se aprovechan de él. Es “el tonto” de una pequeña comunidad de campesinos, sometidos todos, sin saberlo, a una especie de esclavitud. Y, sin embargo, quien es quizás una de las directoras más sensibles e inteligentes, insiste en que se trata de la historia de un santo prehistórico. Lazzaro es un chico sin padre ni madre, que seguiremos a través de una migración forzada hasta los márgenes de una gran ciudad en los años noventa. ¿Qué característica tiene este personaje canonizado por su creadora? Sucede que Lazzaro nunca ve el mal en los demás: esa es la santidad según Rohrwacher, en esta suerte de neorrealismo mágico. Quizás ese sea el secreto de su levedad y de su sonrisa. Y ese es el rasgo que le salva una vez de la muerte, porque ni siquiera los lobos se atreven a hacerle daño; pero puede que no le salve de todo mal.

Video: YouTube / Canal: Netflix
Poster de la película Lazzaro Felice. Foto: Filmaffinity
Poster de la película Lazzaro Felice. Foto: Filmaffinity