La fanesca es una comida tradicional del Ecuador, pero también una metáfora: sirve para mezclar granos y pescado, y también… tendencias e ideologías. En esta ocasión, las ciudades y pueblos intentan recrear las tradiciones que forman parte de su cultura. Y no solo la fanesca está en el menú, sino otros sabores del país. Un poco de historia.
La historia de la fanesca es antigua. Data de tiempos precolombinos, cuando los indígenas agradecían a los dioses por las cosechas. Eran aquellos escenarios en que el sol, la luna, las estrellas, las montañas, y en especial la ‘madre tierra’ conocida entonces como hoy como Pachamama, era el referente de la cultura andina.
* Comida comunitaria
Al principio, una combinación de creencias centradas en la sabiduría ancestral o conocimientos míticos –tan relevantes como los conocimientos racionales- hicieron posible la aparición de la fanesca como un plato –mal llamado típico- en los ambientes precolombinos. La fanesca no era únicamente la conjunción de alimentos propios de los Andes, sino el pretexto y oportunidad para reunir personas, familias y celebrar la vida en comunidad, alrededor de la cosecha, con una comida compartida y solidaria, elaborada con productos trabajados con el esfuerzo humano y comunitario y la ‘ayuda’ de los dioses.
¿Y por qué una sopa de granos trabajada en comunidad es la pregunta? Los granos constituyeron la base de la alimentación indígena; vale decir: papas, choclos, arvejas, habas, fréjoles, chochos, mellocos, zambos y zapallos revueltos en un caldo sabroso.
* Los españoles: la ‘cristianización’
Con la llegada de los españoles, se ‘cristianizó’ la cultura, y con ella la fanesca se convirtió en una comida tradicional de Semana Santa, que se servía y se sirve caliente con doce granos distintos, que recuerda, supuestamente, la comida de los doce apóstoles en las catacumbas, en el contexto de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Cierta o no esta versión de la fanesca, este plato se servía en agradecimiento a
Dios, y cuando llegó a la Costa ecuatoriana, se añadió un ingrediente insustituible: el bacalao seco y salado.
¿Y de dónde salió la palabra ‘fanesca’? Existen varias versiones. Una dice que los conquistadores quisieron infundir miedo a los primeros feligreses, mediante flagelaciones y silicios que representaban los sufrimientos de Jesús en la pasión. El arte, las procesiones, los alimentos fueron escogidos para este propósito. Cuenta la historia que Fray Jodoko Rickie, el franciscano que trajo el primer trigo al actual Ecuador y que lo sembró en la plaza de San Francisco, en Quito, pidió a un francés que elaborara un platillo, y así nació la ‘faneca’ o fanesca, nombre actual- como una sopa de granos andinos a la que se le añadía un pescado traído de Europa, muy popular y barato en aquellas tierras.
También se cuenta, que la tradición de la fanesca se originó cuando una excelente cocinera de nombre Juana preparó este potaje en Semana Santa, y fue tan apetecido que la gente comenzó a llamarlo el plato de Juana, que derivó en ‘juanesca’ igual fanesca.
* Comida gourmet
Con la modernidad, la fanesca cobró importancia y ha llegado a ser con justicia un plato tradicional del Ecuador, que se complementa con molo –que significa puré- que se elabora generalmente con papa chola, que es una de 350 especies nativas que existen en el Ecuador. El molo se acompaña con queso rallado, y no pueden faltar los higos con miel de panela y queso, y el famoso arroz con leche, de talante español, recomendado como postre.
Así, la fanesca por su elaboración y degustación se ha convertido en una comida favorita del Ecuador, cuyos secretos son transmitidos de generación en generación. Y ahora con el advenimiento de las nuevas tecnologías, los nuevos cocineros preparan originales combinaciones de sabores y estilos gourmet, con proyecciones internacionales. No por otra razón, las escuelas de gastronomía de algunas universidades compiten entre sí, y a través de originales concursos intentan rescatar los sabores del Ecuador.
Una muestra de la creatividad de la nueva generación de chefs es la presentación de doce platos sabrosos en esta época del año: fanesca, locro de papas, humitas, champús, colada de maíz, mazamorra, colada de choclo, dulce de zapallo, entre otros. ¡Buen provecho!