La divertida montaña rusa de Gustavo Alfaro
A estas alturas, ya debería quedarnos claro que el entrenador de la Tricolor es un devoto de la emoción. Gustavo Alfaro, estoy casi convencido, pondrá a Ecuador en su cuarto Mundial, pero lo hará a su estilo. No será con esa potente carga emocional que marcó al equipo del ‘Bolillo’ Gómez de inicios de siglo. Tampoco será con la contundencia física del cuadro de Luis Fernando Suárez ni la detallada planificación de Reinaldo Rueda para no ceder puntos en el Olímpico Atahualpa.
Alfaro irá al Mundial como si estuviera en una montaña rusa, con las emociones fuertes de alguien que prefiere probar y vivir el momento que estar casado en la anodina estabilidad. Lo suyo es experimentar, preguntarse “¿y qué tal si hacemos esto?”, y hacer de la experiencia de la zona técnica un éxtasis.
Lo curioso es que, pese a que durante el cotejo gesticula, se toma la cabeza y camina constantemente (¡él, en 90 minutos, seguramente debe alcanzar sin problema en reto de los 10 000 pasos!), no celebra los goles. Justo en el orgasmo del gol, se inhibe y se pone cerebral.
Esto no es ni bueno ni malo, sino diferente. Alfaro llegó con la meta de promover jugadores nuevos y bajar el promedio de edad de la plantilla con la meta puesta en el Mundial del 2026, en un camino de largo aliento. Pero el contexto pandémico y el excelente inicio de las eliminatorias llevó a adelantar la meta al 2022, aunque eso haya causado una enorme presión al cuerpo técnico y los jugadores cuando llegaron las derrotas y las quejas.
Al final, esto es partido a partido (siempre lo fue) y Alfaro parece disfrutar del proceso, incluso con alineaciones disruptivas como la del cotejo con Paraguay. De todos modos, ni la festividad con la que el entrenador goza las eliminatorias lo pone al salvo de la máxima de máximas: en el fútbol no cuentan los merecimientos sino los goles y los triunfos.
Como mencioné al inicio, es probable que Ecuador obtenga su cupo a Catar, pero será con cotejos que pondrán a los hinchas a debatir en el vértigo de la montaña rusa.
