Telones de fondo de la cumbre de los grandes
Biarritz alberga a los líderes de las grandes potencias del G 7 y sus equipos. Una vez más muchos cuestionan la utilidad de las cumbres; otros les hacen contra.
Esta vez la ‘contra cumbre’ se llevará a efecto en Irún. Los 7 000 activistas sociales se alojarán en Hendaya (Francia) y pasarán la frontera a España para sus encuentros.
Los temas de seguridad son parte de cumbres y contra cumbres que convocan a 12 000 efectivos de las fuerzas de seguridad francesa y 7 000 uniformados españoles.
La economía mundial, la seguridad y la desigualdad son temas a tratar. La economía mundial atañe a todos. En la cumbre del G 7 participan Estados Unidos, la Unión Europea, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Japón y el Reino Unido.
La crisis económica y la contracción, por lo visto no solo incumben a las economías del tercer mundo o de América Latina, afectada por los populismos y la falta de oportunidades de trabajo. Alemania está preocupada. Europa toda debe afrontar un nuevo momento con el Brexit. Sin duda que para la poderosa economía británica este es un problema mayúsculo y los impactos vendrán de modo irreversible.
Las grandes corrientes migratorias han sido difíciles para Europa y para varios países de nuestra región por el éxodo involuntario de millones de venezolanos.
Pero con los movimientos migratorios crece la xenofobia y las tensiones sociales, este aspecto profundiza brechas y ahonda la desigualdad. Los sin techo, sin trabajo y sin comida están en los países subdesarrollados, pero también pululan en varios de aquellos estados cuyos mandatarios se dan cita en el Hotel du Palais (una ironía) de Biarritz. Allí está el Presidente Macron que no pudo desenredar el nudo de la protesta social de los chalecos amarillos (que ahora también acampan en Hendaya). Y lejos en América otra cortina se levanta, es de humo, una parte de la selva amazónica arde en otro de los tantos problemas globales que el mundo debe afrontar.