La solidaridad es una de las facetas que hay que destacar en medio de la pandemia del covid-19 que enfrenta el Ecuador. En este contexto las empresas se han convertido en actores de causas benéficas que se desarrollan por todo el país.
Allí están grupos y fondos creados por empresarios de distintos sectores productivos, como el turismo, la banca, el comercio minorista, entre otros. También se encuentran pequeñas y medianas empresas, así como emprendedores y organizaciones no gubernamentales. Cada uno de ellos, desde sus espacios y en función de sus posibilidades, está desarrollando iniciativas en las que la solidaridad es la bandera común.
Recolectar fondos y canalizarlos; generar ideas que tengan impacto favorable en los más vulnerables; apoyar a agricultores que son protagonistas claves en esta coyuntura; acompañar al sector de la salud con tiempo, recursos e investigación. Estas son algunas de las tareas que se han planteado los empresarios del Ecuador ante la epidemia.
Si antes del covid-19 trabajar en equipo resultaba algo complejo por las condiciones económicas del país, el esfuerzo que ahora hacen los empresarios es mucho más destacable. Ellos están pendientes de sus actividades productivas, de cuidar el empleo y de generar tranquilidad entre sus colaboradores. Ahora, se pusieron una nueva tarea: ser más solidarios y empáticos. Es también una manera de ser agradecido con sus consumidores y de enviar señales a un país entero que requiere un esfuerzo extra de todos en estos momentos.
Este trabajo puede convertirse en los cimientos de una nueva manera de entender los negocios, algo de lo que ya se lo viene hablando desde hace algún tiempo con distintos nombres: responsabilidad social, empresas de triple impacto (económico, social y ambiental), negocios con propósito, etc.
Ya se ha dicho que todo cambió para siempre. Lo ideal será que el cambio nos lleve a un presente y futuro en el que la solidaridad y el apoyo mutuo marquen el camino de aquí en adelante.