Cuando una mujer comienza a maquillarse, la primera recomendación que los expertos hacen es que nunca se vaya a la cama sin antes limpiarse el rostro.
A partir de esta sugerencia, Anna Pursglove, una periodista que escribe artículos de belleza para el periódico británico Daily Mail, quiso comprobar si era cierto que no tener una rutina de limpieza antes de dormir era perjudicial.
Durante un mes, Anna se maquilló como normalmente lo hace, pero no se limpió el rostro ni un solo día. Las reglas del experimento le permitían lavar superficialmente su cara en la ducha todas las mañanas, pero le prohibían utilizar cualquiera de los productos que usualmente se aplicaba en su rutina de limpieza. Asimismo, cada día debía usar nuevo maquillaje sobre los restos del antiguo.
Y para que los resultados de la prueba fueran realmente objetivos, la periodista acudió a un dermatólogo que analizó su rostro con una cámara especial 3D que mostraba todos los detalles. De igual manera le midió la hidratación de sus mejillas y frente.
“La primera noche, y luego de un día caluroso y pegajoso estaba desesperada por limpiarme e hidratarme”, contó Anna. Pero no lo hizo y se fue a dormir con todo el maquillaje puesto.
“A la mañana siguiente, mi almohada parecía haber sufrido más que mi piel. Aparte de que mis ojos me picaban y que el rímel colgaba de mis pestañas, estaba relativamente indemne”, describió.
En otra oportunidad, cuando el experimento llevaba alrededor de 10 días, Anna se despertó con su ojo izquierdo hinchado, debido a que -según le explicó un amigo oculista- una pestaña cargada de rímel había entrado en él.
Una secuela fue la peor de todas: su piel envejeció alrededor de una década. “Esto probó lo que mi espejo reflejaba: en un mes, mi rostro había envejecido 10 años y todo porque no me quité el maquillaje”, señaló Anna, quien temía que el daño fuera permanente.
La periodista volvió a respirar cuando una especialista le explicó que dejar de limpiarse por cuatro semanas no implicaba un daño significativo, pero que si lo hacía a largo plazo, su piel resultaría perjudicada y el daño sería irreversible.