Ilan Stavans prepara la traducción completa de ‘Don Quijote de la Mancha’ al ‘spanglish’. Foto: Archivo
Es verdad que ‘Don Quijote de la Mancha’ ha sido traducido a casi a un centenar de idiomas- 70 para ser precisos- incluidos el latín, el quechua e incluso el esperanto, una lengua planificada que no es oficial en ningún país del mundo. Pero traducirlo al ‘spanglish’, que no llega a ser un idioma, puede ser una propuesta descabellada.
No lo es para Ilan Stavans, un polémico filólogo mexicano residente en Estados Unidos. Él empezó a traducirlo a esta jerga y está próximo acabar su titánica tarea. En 2002 publicó, como muestra, el primer capítulo de la icónica obra traducido al ‘spanglish’ y desató la furia de los puristas. Entre ellos hubo algunos que por considerar tal proyecto como una herejía (lingüística, claro) lo amenazaron de muerte. Así lo confesó en una entrevista para La Razón de España.
No todo fue negro para Stavans, gracias a la existencia de ‘asimilacionistas’ o realistas (en sus palabras) que apoyaron y aplaudieron su hazaña. El filólogo defendió su idea diciendo que ‘El Quijote’ “es el eje de rotación de la civilización hispánica: un libro inacabable, un mapa de nuestra psique”. El mismo que cuenta con 20 traducciones al inglés y a los idiomas más importantes del mundo, y precisamente el que tengan su propio ‘Quijote’ en sus propios términos es lo que los hace importantes. El traducir el famoso libro al ‘spanglish’ le brindará legitimidad.
Hernán Rodríguez Castelo, subdirector de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, es uno de los que no ve con buenos ojos este proyecto. Al preguntarle sobre este dijo “mi opinión es muy simple, me parece una estupidez”. ¿Por qué? Sobran las razones contestó. Lo hermoso del ‘Quijote’ es el español (el uso del idioma), si lo privan de eso lo privan de todo. Además si se hace una traducción tiene que ser necesariamente a otra lengua, cree el experto, y el ‘spanglish’ no es más que una jerga.
Una jerga que tiene al menos 60 millones de hablantes según estimaciones, ya que la huella de la hispanidad llega a todos los rincones de Estados Unidos. Además, como el ‘spanglish’- un menjurje de términos mitad ‘gringos’ mitad españoles- el castellano es también el resultado de un mestizaje, explicó Stavans en la entrevista para La Razón. Es una lengua bastarda que parte del latín vulgar y que se ha ido nutriendo de todo un poco, del árabe, vasco, el francés y de los idiomas indígenas desde 1492.
No es sorpresa que una traducción de la famosa obra al ‘spanglish’ levante críticas, porque en sí la jerga- parte de un fenómeno cultural y lingüístico– es un tema de controversia. Desde el hecho que no existe una definición exacta sobre el mismo. Es lo que expone Miraida Villegas de la Universidad de Navarra en un breve comentario sobre el primer capítulo traducido del Quijote.
Al Doctor Manuel Corrales, rector de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), no le resultó llamativo que se quiera traducir el Quijote a esta modalidad de habla, ya que ha sido traducido a numerosos lenguas, incluso a unas tan raras como el latín macarrónico (y también tiene su propia versión en novela gráfica). Desde el punto de vista lingüístico es un aporte más a la teoría y práctica de la traducción.
En concreto, sobre el capítulo trabajado por Stavans, Villegas reconoció que “no le hace justicia al original”, pero hizo notar que el ‘spanglish’ es una modalidad más que todo oral. De esta manera, el escrito realizado por el filólogo “utiliza modalidades lingüísticas libres, rechazando así la existencia de una única modalidad reglamentaria como ocurre en otros idiomas”.
Se entiende entonces que la polémica traducción puede tener cabida como un ejercicio o en el terreno de la experimentación, más que en el rigor de lo académico. Mucho tiempo después de la difusión de la traducción del primer capítulo del Quijote (en mayo de 2015), el escritor chileno Jorge Edwards dictó una conferencia en el Instituto Cervantes de El Cairo. Allí manifestó que ‘El Quijote’ significa “libertad creativa”. Dijo esto refiriéndose a que la obra se traduce en la “libertad de crear, de escribir, de divertirse, de reírse y de muchas cosas más”. Lanzada esta reflexión ¿sigue pareciendo absurda una traducción al ‘spanglish’?
A la editora y librera Mónica Varea, que se autodefine como una “purista del español”, no le encantó la idea, pero la acepta como un juego, como un ejercicio literario “simpático”. Expresó que le aterra como las personas van reemplazando palabras y frases sin necesitarlo, ya que el castellano es sumamente rico. Sin embargo, cree que si de esta manera va a llegar a ciertos lectores que de otra manera no lo leerían, entonces (como diría Maquiavelo) el fin justifica los medios.
La propuesta tildada de incoherente de Stavans surgió durante una participación del académico en un debate radiofónico. Fue precisamente en el verano del 2002. Como parte del debate se conectó vía satélite con un miembro de la Real Academia Española, quien sugirió que el ‘spanglish’ solo podía ser tomado en serio cuando se escribiese una obra a la altura de ‘Don Quijote de la Mancha’ utilizando dicha jerga.
Stavans respondió con una versión improvisada de las primeras líneas de la obra. Después Sergio Vila-Sanjuán, editor de La Vanguardia, le pidió la traducción completa del primer capítulo de la primera parte del icónico libro. Lo hizo y una vez publicado llovieron las críticas negativas.
Lee aquí la traducción del primer capítulo del Quijote al ‘spanglish’