Muchas personas escogen la comida como gratificación oral cuando están preocupados o tristes. Foto: Ramsteon Air Base
“Como porque estoy triste, estoy triste porque como”, puede llegar a convertirse en un círculo vicioso difícil de desentrañar. No pocas veces ocurre que la comida se convierte en una gratificación oral que tranquiliza y lleva a una zona de confort.
Una radiografía psicológica y conductual de estos tiempos mostraría que al estrés y la sobreabundancia de comida a la que se vive expuesto dentro de hábitos sociales aceptados, se agrega la presencia de otro factor hasta ahora desconocido, o poco estudiado: “el apetito emociogénico“.
Según los especialistas, éste sería uno de los culpables de los malos hábitos y conductas que llevan a ganar sobrepeso. El doctor Arturo Rolla, endocrinólogo senior de la Universidad de Harvard, advirtió que este “es uno de los problemas que llevan a incrementar las estadísticas de obesidad por problemas de ansiedad, depresión, autoestima baja y frustraciones”.
“Es que la comida no es sólo comida, sino una gratificación oral que nos tranquiliza y nos lleva a una zona de confort, de manera que, como consecuencia de las emociones, se aumenta el apetito emociogénico y hace que comamos más de lo que
debamos comer”, explicó el experto, para quien “a su vez, la obesidad lleva a las personas a padecer la estigmatización y discriminación y a enfrentar problemas de mala adaptación psico-económico social, que llevan a cerrar el círculo vicioso de obtener gratificación ante estas situaciones a través del deseo de comer para saciar el apetito emociogénico“.
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“Esto nos aumenta el apetito emociogénico, nos hace comer en exceso y a preferir comidas de alto contenido energético; las grasas dulces como chocolate, cremas heladas, dulce de leche, dan aún mayor confort emocional”, argumentó Rolla.
A esas y otras conclusiones arribaron los más de 400 especialistas y estudiantes de todo el país que se reunieron en el marco de las XXI Jornadas de Medicina Nutricional y Obesidad organizadas por Fundación Diquecito, evento en el que se realizó además el Primer Encuentro Regional Interuniversitario Presencial del Special Interest Group (SIG) de Obesidad, que reunió a investigadores y representantes de universidades de Chile, Ecuador, Brasil y Argentina.
Muchas personas comen por estrés, que es un comportamiento aceptado por todos, pero poco estudiado. Según estadísticas brindadas por el especialista, para el 80% de las personas las situaciones estresantes los llevan a comer más, mientras que en el 20% de los casos los hace comer mucho menos.