La comunidad Yunguilla es un valle que está situado en Calacalí, entre la Reserva del Pululahua al este y por las reservas de Maquipucuna hacia el oeste. Desde hace 20 años ha pasado por un proceso de desarrollo integral. A través de un proyecto de conservación de la naturaleza, en la actualidad es un ejemplo de sostenibilidad ambiental, social y económica.
Germán Collaguazo, presidente de la Corporación Microempresarial Yunguilla, cuenta que hace 20 años 56 familias se dedicaban a la fabricación de carbón vegetal. Para esto necesitaban talar unas 2 hectáreas de bosque anuales. Esto representó deforestación y la desaparición de la flora y fauna.
Su economía no parecía tener otro horizonte, hasta que personal de la Fundación Maquipucuna, que se encarga de la conservación de los Andes, llegó a la comunidad. Les planteó la idea de emprender en un el negocio del turismo comunitario.
Dar el paso
La comunidad participó de talleres para elaborar productos. La idea de emprender les causaba una mezcla de temor y alegría. “El proyecto parecía una locura, y solo 18 familias, apodados como ‘Los 18 locos’, decidieron apostar por el cambio. Así empezó la apuesta por el turismo comunitario”, menciona Collaguazo.
El primer proyecto se enfocó en crear una oferta turística. Como no existía presupuesto para construir hoteles, adecuaron los hogares de los vecinos. En octubre de 1999, desde Holanda, llegaron los primeros turistas.
Desarrollaron las primeras actividades como el cultivo de hortalizas orgánicas, artesanías, viveros, una fábrica de queso y la producción de mermeladas. En el año 2000 se fundó una sociedad comunitaria, denominada Corporación Microempresarial Yunguilla.
Rosa Proaño tiene 64 años. Aún recuerda cómo debía pasar largas horas frente al horno mientras fabricaba el carbón. Una vez que estaba listo, entregaba en los asaderos del norte de Quito. Aunque era su único sustento económico, dice que era una actividad muy sacrificada y poco remunerada.
Los emprendimientos
Doña Rosita, como le conocen en la comunidad, administra hace 25 años la tienda comunitaria. En este lugar se ofertan los productos que se cultivan y se preparan en Yunguilla; estos son parte de la oferta turística de la comunidad. Este local es la parada obligatoria para comprar las famosas mermeladas, quesos, granola que se elaboran en el lugar.
Entre risas, cuenta que el producto preferido por los turistas es la mermelada de chihualcán. Es una fruta endémica de Yunguilla y su sabor es parecido al del babaco. Yunguilla es conocida como la productora de mermelada y quesos. En este lugar existe una fábrica que se dedica a la elaboración de estos productos desde 2003.
Diana Torres explica que la producción de quesos empieza desde las 08:30 y termina a las 13:00. Una persona elabora este producto. Desde la recepción de la leche hasta la última fase, el queso es sometido a varias pruebas. El producto se distribuye en Calacalí y en algunos sectores del norte de Quito. Según Torres, se elaboran alrededor de 60 al día.
En la producción de las mermeladas participan 20 familias, que son proveedoras de las frutas. Seis mujeres de la comunidad son las encargadas de preparar este manjar, de cuatro sabores: mora, uvilla, frutilla y chihualcán. Producen una vez por semana y este producto cuenta con tres presentaciones: el frasco grande cuesta USD 2,50; el mediano, USD 1,75; y el pequeño, USD 1. Las ganancias ingresan a un fondo común.
Airbnb comunitario
Daysi Collaguazo vive en esta localidad hace 34 años. Desde 2017 forma parte del proyecto comunitario y ya se acostumbró a que a su vivienda lleguen turistas. Son 20 casas que brindan alojamiento. Cada una tiene capacidad para recibir a cuatro personas. Para los dueños de las viviendas, el idioma no es un impedimento.
En el caso de Daysi, tiene conocimientos básicos de inglés y le permite mantener un diálogo. Mientras que otros vecinos utilizan aplicaciones para traducir. A la vivienda de Daysi han llegado unos 150 turistas y, como parte de la convivencia, aprenden sobre las costumbres de la comunidad. Participan de los recorridos por los bosques de Yunguilla.
La temporada en la que se registra el mayor número de visitas es desde junio hasta septiembre. Cuando no hay excursionistas, cada familia tiene su actividad extra. En Yunguilla existe un Centro de Recepción, donde asignan el alojamiento y facilitan la reserva ‘online’ a través de su página web. Además, allí organizan tours y diversas actividades, como la visita al bosque nublado.
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