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Ya basta de regionalismos

Andrés Gómez Polanco

En estos días lamentablemente se ha producido una nueva polémica nacional y el tema tiene tintes regionalistas.

Todo comenzó con la intención del Cabildo guayaquileño de poner el nombre del difunto ex presidente de la República y ex alcalde León Febres Cordero al Malecón 2000, que ya consta con el nombre del Libertador Simón Bolívar.

Además se ha editado un libro denominado  “Verdadera Historia de Guayaquil”, en el cual se desprestigia total e injustamente al Libertador tildándole de usurpador y dictador.

Esto demuestra que a pesar de los años y los avances que hemos tenido como sociedad todavía quedan algunos pobres individuos frustrados con sentimientos separatistas, pero sobre todo regionalistas que no han tenido otra consecuencia que el subdesarrollo y odio entre ecuatorianos.

A las pruebas me remito para aclarar los puntos antes citados: Febres Cordero fue para la gran mayoría de guayaquileños el salvador y redentor de la ciudad después de la nefasta administración roldosista, pero no se puede negar que en su período presidencial nefasto, la tortura y la violación de  derechos humanos era una política de Estado.

Asimismo, quién puede olvidar el febresborjismo que perduró por casi 30 años el gobierno de la partidocracia y la inestabilidad democrática.

Entonces no se puede ni siquiera cometer el error histórico, moral y ético de comparar a Febres Cordero con el Libertador; este liberó a cinco naciones del yugo español y proclamó la unión latinoamericana como único camino hacia el desarrollo, camino que hasta hoy es el indicado a seguir.

Su calidad humana está reflejada en su trayectoria de vida  hasta su muerte o quién puede olvidar su frase histórica: “Si mi muerte sirve para la unidad; bajaré gustoso al sepulcro”.

La autonomía es una necesidad para mejorar la gobernabilidad pero dentro de una unidad que no tiene nada que ver con partidos políticos, gobiernos, élites o grupillos, sino con una unidad por el desarrollo y la justicia.

Gracias a Dios, guayaquileños, quiteños, serranos, amazónicos, insulares y costeños sabemos que el regionalismo es una estupidez infinita; todas y todos somos ecuatorianos y luchamos por un país mejor que solo juntos lo lograremos.