Estudio detecta coliformes fecales en comidas que se expenden en las calles de Quito, Guayaquil y Cuenca

Investigadores de la Espol, la Politécnica Nacional y la Universidad de Cuenca recolectaron al menos 15 muestra de cada alimento para su análisis. Los resultados se presentaron este miércoles 17 de julio del 2019, en Guayaquil. Foto: Twitter de Espol

Investigadores de la Espol, la Politécnica Nacional y la Universidad de Cuenca recolectaron al menos 15 muestra de cada alimento para su análisis. Los resultados se presentaron este miércoles 17 de julio del 2019, en Guayaquil. Foto: Twitter de Espol

Investigadores de la Espol, la Politécnica Nacional y la Universidad de Cuenca recolectaron al menos 15 muestra de cada alimento para su análisis. Los resultados se presentaron este miércoles 17 de julio del 2019, en Guayaquil. Foto: Twitter de Espol

La prevalencia de coliformes fecales y escherichia coli alcanzó el 80% de las casi 130 muestras de algunos de los alimentos más populares que se expenden en las calles de Guayaquil, Quito y Cuenca.

Esa es una de las principales conclusiones de un estudio desarrollado por tres universidades ecuatorianas, que analizó el grado de contaminación microbiana de productos como bolones, encebollados, ceviches, fruta picada, pollo, queso, carnes, salsas…

“El origen está en la falta de higiene en la manipulación de los alimentos. La prevalencia en la contaminación fecal-oral surge porque el manipulador de alimentos tiene prácticas insalubres que permitieron contaminaciones directas o cruzadas”, explicó la investigadora María Fernanda Morales, docente de la carrera de Ingeniería en Alimentos de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol).

Las conclusiones fueron presentadas este miércoles 17 de julio del 2019 en Guayaquil. El desarrollo del estudio tuvo el respaldo de la Corporación Ecuatoriana para el Desarrollo de la Investigación y la Academia (Cedia) y Vlir Network, una red universitaria para investigación y postgrados que recibe apoyo internacional. Los ejecutores fueron la Espol, la Escuela Politécnica Nacional y la Universidad de Cuenca.

La contaminación por coliformes fecales y e. coli fue mayor en Guayaquil. La investigadora Morales explica que la principal causa es la falta de lavado de manos. “También hay problemas generados por la temperatura y el clima. Por esas características, Guayaquil es una gran incubadora microbiológica”.

En Quito y Cuenca hubo más detección de salmonella, especialmente en pollos.

Otras fuentes de contaminación se relacionan con problemas en la cocción de los alimentos, a temperaturas y tiempos inadecuados; la contaminación cruzada en el almacenamiento, al mezclar alimentos crudos con otros listos para el consumo; y por el uso de utensilios como las tablas para picar que, por ejemplo, se usan para carnes y también para ensaladas listas para consumir.

Juan Manuel Cevallos es investigador del Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador (CIBE) y dirige Vlir Network Ecuador. Explica que a través del estudio identificaron además listeria, vibrio, Klebsiella pneumoniae, Campylobacter, clostridium y bacillus cereus. Todas son bacterias asociadas con enfermedades gastrointestinales, aunque algunas pueden generar cuadros más severos.

“Lo que más nos sorprendió es la presencia global de listeria monocytogenes en quesos y frutas picadas en las tres ciudades. En una persona sana esta bacteria puede causar una enfermedad diarreica; en una mujer embarazada puede provocar abortos. Y en niños y adultos mayores puede causar meningitis”, indica Cevallos.

La secuenciación de siguiente generación fue la técnica aplicada durante las pruebas en laboratorio. Es uno de los métodos más avanzados, que permite llegar al ADN de cada microorganismo e incluso discrimina los genes de toxicidad, causantes de enfermedades.

El proyecto entró a una segunda fase y las universidades ahora se enfocan en brindar soluciones. Desde uno de los frentes apuntan a desarrollar un programa nacional de capacitación para entrenar a los manipuladores de alimentos. Por ahora calibran un sistema de capacitación en línea para llegar a varias ciudades.

Otro de los proyectos consiste en generar innovación a través de métodos de descontaminación de alimentos. “En Estados Unidos, por ejemplo, utilizan una especie de olla que trabaja con gas de ozono para eliminar microorganismos”, explica Cevallos.

Los investigadores también sugieren que desde el Estado se destine un presupuesto específico para la prevención, difusión de medidas educativas y aporte a la investigación en cuanto a seguridad alimentaria. Además afirman que mediante convenios con las universidades se podría diagnosticar el impacto de la contaminación de alimentos en otras zonas del país.

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