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En Tulcán los turistas visitan el camposanto

Redacción Tulcán

Cinco estudiantes de Hotelería de Quito no salían de su asombro. Las esculturas en verde que rodean las tumbas del cementerio Azael Franco, en Tulcán, les sorprendió.

“Qué maravilla”, expresaba Fernanda Toapanta. Ella con sus compañeros de sexto curso escogieron a la provincia del Carchi y especialmente el camposanto para filmar un video.

“En Quito no hay promoción de los atractivos turísticos de esta ciudad ni de esta provincia”, manifestó Toapanta.

Así también, los turistas colombianos que llegaron por primera vez no paraban de elogiar las esculturas de ciprés y aprovecharon para tomarse fotografías. Es que el cementerio es el atractivo de la ciudad.

José Palomino llegó de Ipiales junto a dos amigas. “José insistió en que conozcamos el cementerio, nos pareció raro, pero ahora entendemos por qué”, decían sus acompañantes.

Cada año en el feriado de Difuntos la llegada  de turistas se contrasta con la de familiares que visitan las tumbas de sus seres queridos.

Blanca Quistial arreglaba la lápida de su hijo que falleció de un infarto hace cuatro años. “Es tan doloroso recordar ese amargo día”, expresa Quistial. Su hijo tenía 33 años y dejó en la orfandad a dos niños. “Vengo cada ocho días a dejarle unas flores y le cuento de mis nietos”.

Entre el sábado y domingo, niños y adultos ayudaban en el arreglo de los nichos. María Cruz cambiaba las flores  de la lápida de su madre. Ella fue con sus tres hijos.

Para este lunes las familias llegarán al cementerio con flores, música, velas… para recordar a sus parientes fallecidos. Se acostumbra sentarse alrededor de las tumbas, contar anécdotas y entonar canciones que eran del agrado del pariente fallecido.

Para los turistas, en los jardines de las esculturas de ciprés se exhibirá una muestra pictórica. Además, los alumnos  de la Universidad Estatal de Carchi servirán de guías turísticos.