Rio de Janiero, Brasil, AFP
Las autoridades de Rio de Janeiro trasladaron el sábado a diez grandes capos del narcotráfico a una cárcel de alta seguridad para poner fin a los intensos tiroteos que en la última semana dejaron 39 muertos, informó la secretaría de Seguridad Pública.
La transferencia fue realizada a primera hora del sábado, confirmó a la AFP una portavoz de prensa de la secretaría, el mismo día en que se cumple una semana del inicio de los ataques.
Los diez líderes del narcotráfico, que estaban en presidios locales, fueron transferidos a la aislada cárcel de Campo Grande (suroeste), donde ya se encuentra Luis Fernando da Costa, “Fernandinho Beira-Mar”, considerado el más peligroso jefe del tráfico de Rio de Janeiro.
Según el diario O Globo, Beira-Mar logró activar al único capo de su banda en libertad, conocido como “Marcelinho Niteroi”, quien habría llevado a 150 traficantes de las favelas incrustadas en esa ciudad a perpetrar los ataques con el objetivo de controlar esas áreas.
Recién elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y una de las principales ciudades del Mundial de Fútbol 2014, Rio de Janeiro vivió una conflictiva semana de enfrentamientos entre policías y las cuadrillas del narcotráfico, que se saldó con un estimado de 39 muertos.
Los ataques se iniciaron el sábado con el derribamiento de un helicóptero policial. El viernes, seis cadáveres fueron hallados en una favela y la policía mantuvo intensos tiroteos con narcotraficantes que generaron pánico en los alrededores de un vasto grupo de comunidades pobres.
La revista Veja de este sábado asegura que 470 de las 1.020 favelas de la ciudad están en las manos del tráfico y la criminalidad. “En Rio se venden 20 toneladas de cocaína por año, un comercio que procude 300 millones de reales (unos 175 millones de dólares) y financia la carrera armamentista de las bandas que disputan sus territorios a tiros”, señala la revista.