Simon, la poética de un rebelde
Edwin Alcarás
ealcaras@elcomercio.com
Las autobiografías, por lo general, suelen tener pésimos títulos. El hecho de hablar de uno mismo parece que paraliza la capacidad de síntesis o incluso coarta la imaginación. Ejemplos: ‘Confieso que he vivido’, ‘El pez en el agua’. Pero imagínese usted este título para una autobiografía: ‘País lejano’.
Hoja de vida
Rainer Simon
Nació en 1941 en la localidad de Hainichen, Sajonia, estudió dirección de cine en Potsdam-Babelsberg .
Ha realizado más de 20 películas entre ficción y documentales. Sus últimas películas las ha filmado con presupuesto propio.
‘Boa del arco iris’ trata de un alemán que ha vivido media vida en la selva.¿Qué quiere decir un título como ese? ¿Qué vida inspira esa extraña poética? Rainer Simon (alemán, cineasta, escritor, padrino de una docena de niños Sarayacu) se le ocurrió ese título. Este hombre de 68 años fue uno de los miles que presenciaron directamente la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989.
Hace pocos días presentó la traducción al español de su primera novela, ‘Boa del arco iris’, y habló con este Diario sobre el significado cultural de la caída del telón de acero para un intelectual criado en la RDA (Alemania del Este) que tuvo que reaprender a vivir bajo la sombra del capitalismo.
¿Usted es un ‘país lejano’?
Ahh... (sonríe) Ese título tiene algunos sentidos: primero significa la República Democrática Alemana que desapareció hace 20 años. Otro país lejano es Ecuador. Y otro país, aún más lejano para mí, es Alemania reunificada.
Pero ¿no es su hogar?
Nosotros, los que crecimos en la Alemania del Este, destruimos el muro. Pero hay otros muros que no se han destruido. Es una suerte haber vivido en ambos sistemas porque puedes comparar. No tengo ninguna nostalgia de ese sistema. Pero tampoco me siento bien en este mundo en el que solo cuenta el dinero...
¿Es más fácil hacer películas en la Alemania del Oeste?
No. En Alemania del Este había una censura política directa, pero hoy hay una censura del mercado que es indirecta, pero que también es política. A mi edad no tengo ganas de perder tiempo buscando dinero. Antes no hice basura y no la voy a hacer ahora.
Pero le censuraron una cinta en 1980, ¿por qué?
Sí, ‘Jadup und Boel’. Jadup es un alcalde de una ciudad pequeña de Alemania del Este que se da cuenta de que ha perdido sus ideales comunistas en la vida cotidiana. Luego se acuerda de una niña, Boel, que conoció durante la Segunda Guerra...
No parece una trama muy alentadora para la gente...
Claro, ellos notaron lo que había debajo: que todos habíamos perdido ya nuestros ideales socialistas. El conflicto subió hasta el mismo Jefe de Estado entonces (sonríe), ¿qué podía hacer yo?
¿Hacer otro tipo de cintas?
Me dejaron hacer películas de películas históricas. Así que hice ‘La ascensión al Chimborazo’, que trata sobre Humboldt...
-Aquí Rainer Simon hace una pausa. Entorna los ojos y se dedica a conversar de una de sus mayores pasiones: Ecuador. No el Ecuador de las postales, que no le interesa en lo más mínimo, sino el Ecuador que conoció en la selva amazónica y a causa del cual regresa todos los años...-.
-‘La ascensión al Chimborazo’ se estrenó en Berlín dos meses antes de la caída del muro. Alemania volvía a unirse y el artista estaba ahí como testigo-.
¿Usted salió a las protestas?
No directamente. Salí al día siguiente, con mi mujer y mi hijo, a pasear por ese otro lado de Berlín que no veía en años...
¿Y cómo la encontró?
Era una ciudad repleta de gente de alemanes del Este que estaban haciendo lo mismo que yo. Había mucha alegría, la liberación se respiraba en el aire.
¿Duró mucho?
Desapareció muy pronto. Todos sintieron pronto los problemas que todavía persisten hasta hoy. En Alemania del Este, por ejemplo, nunca hubo desempleados antes de la caída y ahora muchos de ellos son desempleados.
¿Usted es uno de ellos?
(risas) Porque no quise seguir al mercado me dediqué a escribir libros. Sigo dando mi testimonio sobre mis experiencias en el mundo. Las tramas son más libres y los presupuestos más cortos...