Dos hombres resultaron heridos durante un asalto bajo la modalidad sacapintas en el sur de Quito. La Policía realiza el procedimiento respectivo. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
“Estoy vivo de milagro. Arriba me quieren, de eso estoy seguro”. Así habló Stalin de la suerte que tuvo esta mañana. A las 11:30, hombres armados le robaron una mochila con documentos. Los sospechosos creyeron que llevaba dinero. A esta hora, seguramente, ya deben haberse dado cuenta del chasco en el que están envueltos.
Por las versiones de los testigos se conoce que tres sospechosos, a bordo de dos motocicletas, interceptaron a Stalin y a un empleado que lo acompañaba en la avenida Mariscal Sucre, a la altura de Santa Bárbara, un barrio del sur de Quito.
Los desconocidos exigieron a la pareja que entregara la mochila y dispararon. Una de las balas impactó en la pierna izquierda del empleado. Él permanece estable en el Hospital del Sur. Otro proyectil rozó la cabeza de Stalin. El disparo solo le dejó una herida.
Poco después del tiroteo, agentes de Criminalística de la Policía Nacional recogieron indicios y tomaron versiones de los moradores.
El mes pasado, también en Quito, la Policía reportó otro asalto bajo la modalidad sacapintas. En el enfrentamiento, un agente recibió un disparo en la cabeza. Aún está bajo vigilancia médica. Un sospechoso fue detenido.
Para el traslado de dinero la Policía ofrece un servicio de seguridad gratuito. Solo se requiere llamar al Sistema de Seguridad ECU-911.
Este lunes 30 de noviembre del 2015, después del susto, Stalin narraba a sus empleados los detalles del asalto. Perdió los documentos, pero está seguro que arriba hay alguien que lo quiere aún con vida.