Una mujer invidente, de 73 años, condenada por supuesto peculado, dejó la Penitenciaría y espera el indulto del presidente Lenín Moreno

María Eulalia fue trasladada en la ambulancia de una clínica, pero con resguardo policial. Foto: Cortesía

María Eulalia Sanipatín, de 73 años, salió de la Penitenciaría del Litoral, en donde se encontraba recluida por un presunto peculado, y fue trasladada a la clínica de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). La mujer está a la espera del indulto que anunció el presidente Lenín Moreno, para su libertad.
La salida desde el centro reclusorio se concretó la noche del viernes 31 de julio del 2020 luego de que el Tribunal de Garantías Penales, con sede en Guayaquil, resolvió disponer que la mujer sea llevada primero a un hospital tras una “revisión minuciosa del proceso" y de los trámites de rigor para el traslado.
Fue trasladada en la ambulancia de una clínica, pero con resguardo policial.
Su abogado, Hernán Ulloa, afirmó este 1 de agosto del 2020 que la adulta mayor, quien padece de diabetes y es invidente, permanecerá en la clínica hasta que se concrete el indulto anunciado por el Jefe de Estado.
Moreno dijo ayer, 31 de julio, a través de su cuenta en Twitter: "He dispuesto trabajar en el indulto de María Eulalia Sanipatín Estrella, quien perdió la vista por diabetes, y tiene ocho años de prisión por un faltante de USD 700. Para los peores casos de peculado dictan medidas alternas o menos años de prisión ¡Justicia que tarda no es justicia!".
La UEES informó a través de Twitter que su canciller, Carlos Ortega Maldonado, recibió a Sanapatín, quien tendrá atención especializada.
La adulta mayor fue detenida el pasado lunes 27 de julio en un operativo de rutina en Guayaquil, cuando regresaba a su domicilio tras comprar pañales.
Un día después, en una audiencia virtual, un juez dispuso su traslado a la Penitenciaria del Litoral para que cumpla la pena ejecutoriada en su contra en el 2012.
Su caso se hizo viral cuando en redes sociales se mostró que la mujer entró al centro de reclusión acompañada de una de sus hijas y una policía.
Lo familiares habían cuestionado el traslado a la cárcel, cuando una adulta mayor puede acogerse a otras medidas alternativas, como el arresto domiciliario.