Luego de la detención de Germán Cáceres en Colombia, su llegada a Ecuador, el traslado a la cárcel La Roca y el proceso judicial por el femicidio de quien fue su esposa, María Belén Bernal, en redes sociales se desató una oleada de comentarios. Muchos exigen justicia para la víctima; otros en cambio, piden empatía por él, lo que genera un debate moral, de género y judicial.
Propio del tiempo de redes sociales, las posiciones están tomadas. “Cáceres es un femicidia“, sostienen algunos –la mayoría-, y sobre él debe caer toda la fuerza de la ley por el femicidio de Bernal. Otros sostienen, en cambio, que hay que mostrar cierta “empatía” porque detrás de él hay una familia, amigos, que fue “un error”.
Los pedidos de empatía
Uno de los posteos de mayor repercusión en redes sociales fue el de un usuario de TikTok, quien dice haber sido compañero Cáceres aunque “no amigo”, y citó la Biblia cuando dijo “que el que esté libre de pecado que lance la primera piedra”.
Otros, en cambio, sostenían que hay que separarse antes de cometer un femicidio, y una mujer, incluso, acusó de “celópata” a Bernal. Otros, como un cantante conocido, prefirieron marcar al alcohol como el motor que llevó a la enajenación a Cáceres para cometer el femicidio y daban a entender que habría sido posible que no le quitara la vida si no hubiese bebido ese día.
Es un ‘shock’
La docente e investigadora de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, Marie-France Merlyn, dijo que sí vio algunos de esos comentarios y no dudó en decir que “es un golpe frente a esto que tenemos como sociedad”. Le resulta increíble que alguien defienda a una persona que comete un femicidio como del sospechoso del caso de María Belén Bernal. “Y que además ni siquiera entraría en la categoría de persona que no planifica (el hecho) sino porque tiene toda una conducta patológica del crimen. Estoy bajo shock”.
Y hay una razón para ese shock: la cultura, “que es altamente machista y este es un agresor de un caso muy publicitado. Aquí como que se levanta ese lado de justificar, desde una parte medio animal, como que el hombre está autorizado a tener estos exabruptos de violencia y de celos frente a su pareja como una posesión. Y eso es machismo”, añade Merlyn.
Se juega desde la empatía. Cuando se trata de víctimas, se dice que puede ser tu madre, tu sobrina, tu hija. Ahora, reconoce Marie-France, se está diciendo que el femicida podría su tu hijo, tu sobrino, tu hermano. “Cuando se dice que cada 28 horas hay una víctima de femicidio, nadie pone que cada 28 horas un hombre se convierte en un femicida”, sostiene Merlyn.
‘El duro vómito del patriarcado’
La activista María Rosa Cevallos no deja de sorprenderse por los posteos en redes sociales a favor de Cáceres. No los entiende. “En el fondo no creo que hay un problema, sino un grupo de gente confundida que pretende invisibilizar un hecho criminal”, sostiene.
La justificación en el alcohol hace que Cevallos llegue a calificar esta defensa de Cáceres como “el vómito del patriarcado”. Y la razón de ello es que este hombre asesinó, huyó, oculto el cuerpo y hasta se contactó con la madre de Bernal.
“Es criminal y acá no hay un accidente. Alguien decía cuando estás borracho poner sal en el café es un error, pero pegar, asesinar, luego disfrazar una escena, ocultar un cuerpo no es un error; el alcohol jamás puede servir para justificar un crimen machista”, sostiene Cevallos.
No es la primera vez que la violencia machista se justifica en el alcohol. El marido pega cuando está borracho, pero cuando está sobrio, no.
“A este señor hay que juzgarlo por lo que es y tiene el agravante de ser policía. No es el criminal X, es un criminal con agravantes que además contó con todo el poder institucional para saber qué hacer después de asesinar a María Belén. En medio del chuchaqui se atrevió a llamar a la madre para decir que estaba desparecida. ¿Eso es error de borrachera? ¡Por Dios! Todos nos hemos emborrachado algunas veces y no sé cuántas muertes tengas a tus espaldas; yo, ninguna”.
Cevallos cree que hay una confusión más que una ignorancia y una complicidad de estas personas que han defendido a Germán Cáceres al legitimar como error, por los efectos de una borrachera, porque “justifican lo injustificable. Y creo que toda la gente que se atreve a preocuparse por este femicida es cómplice”.
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