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Con la seguridad de la huella digital

Redacción Construir

Aunque puede considerarse un elemento secundario dentro de los acabados de una vivienda, la cerradura es una pieza muy importante que debe ser escogida de forma adecuada.

La seguridad es el primer motivo a la hora de comprarlas. Ahora tienen  nueva presentación y son llamadas inteligentes.

A diferencia de las cerraduras tradicionales, este tipo de chapa está hecho con materiales acerados en la parte interior. “Además tiene un sensor biométrico que lee la huella digital o funciona con códigos personales”, dice Roberto Silva, de Edimca,  que distribuye estas cerraduras.

Se colocan en todo tipo de puertas, incluyendo las metálicas. Una de sus ventajas, afirma Silva, es que son regulables. “Podemos encontrarlas desde 32 hasta 38 milímetros, es decir 4 centímetros  de espesor”.

“Como norma general en las puertas de entrada de las viviendas se coloca un bombín o cerradura de 60 milímetros, si la puerta tiene un espesor de 40 milímetros”, comenta, por su parte, el cerrajero Aníbal Mármol.

Su funcionamiento es similar al de cualquier cerradura. La única diferencia es el tipo de mecanismos con los que se activan. “Cuando alguien hace fuerza lo primero que se rompe es el puente con el bombín. Esto hace que se ajuste y que para abrir la puerta sea necesario romperla”, añade.

Su colocación es relativamente fácil. Silva recomienda que desde el suelo se deben medir 90 centímetros hacia arriba. Desde la parte lateral de la puerta hacia el centro hay 6 cm.

Ya hecha la abertura, con la ayuda de un formón se hace el vaciado en donde se colocará el pestillo. Instalado este accesorio se debe medir que quede al nivel del agujero de la cerradura que es la que se pone después.

El bombín se compone de tres elementos, la propia cerradura, las llaves, y el tornillo de fijación.

Este tornillo se puede distinguir  de los demás, dado que su rosca es métrica. Para instalarlo, comenta Silva,  después de ajustar el eje cuadrado de accionamiento de la chapa se debe atornillar las  sujeciones que existen en la madera de la puerta.

El dispositivo programable se coloca después. “Este funciona con cuatro pilas triple A que tienen una duración de seis meses. Pasado este tiempo es recomendable cambiar las baterías”.

La programación tampoco es complicada. Silva dice que cuando un cliente adquiere una cerradura de este tipo, ellos se encargan de la instalación y de la programación del equipo.

Este tipo de accesorios son estandarizados, por lo que se comercializan en una  medida. La que tiene el sensor que abre la puerta por huella digital tiene un costo de USD 480 mientras que las que se programan con códigos cuestan USD 280.

Estas cerraduras se importan desde México.