Un monitoreo continuo a un volcán activo es la herramienta principal para alertar una erupción, pero los equipos no pueden informar fecha y hora exacta en la que podría ocurrir dicho evento.
Así lo aclara el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional, ante rumores que circulan en redes sociales sobre la posible predicción de la erupción de varios volcanes del país, como el Cotopaxi.
Este volcán activo está en un nuevo proceso eruptivo que arrancó en octubre del 2022. Su vigilancia es continua, precisamente para dar los avisos oportunos sobre alguna anomalía.
Actualmente, el volcán Cotopaxi está en alerta amarilla y su comportamiento varía entre moderado ascendente y descendente.
¿Por qué no pueden predecirse las erupciones?
Para que un volcán entre en erupción debe reunir varias condiciones, como aumento de sismicidad, temperatura e incluso deformaciones. Y la ocurrencia de ese comportamiento conjunto no se puede adivinar.
Así lo aclara Patricia Mothes, vulcanóloga del Instituto Geofísico. La experta añade que a través del monitoreo y un análisis de esos cambios sí es posible determinar que un volcán se aproxima a una erupción importante. “Pero nadie puede decir, por ejemplo, que desde ahora hasta cinco horas en adelante, el volcán va a producir una erupción a tal minuto”.
Una vez revisados esos cambios, se pueden revisar las condiciones geológicas –como el ingreso del magma- que pueden desencadenar en una erupción, e incluso el tipo de la misma. Esas alteraciones pueden extenderse por días e incluso semanas.
El comportamiento del Cotopaxi
El volcán Cotopaxi sigue en su proceso eruptivo caracterizado por emisiones en su mayoría de vapor de agua, ceniza y gases, que ya han superado los 1 500 metros sobre el nivel del cráter.
En cuanto a su sismicidad, los equipos del Geofísico detectan un promedio de 40 eventos diarios.
La novedad más reciente se registró la noche del martes 11 de abril del 2023, con el descenso de un lahar secundario causado por la remoción de la ceniza en el flanco occidental.
La similitud con el volcán Nevado del Ruiz
El rumor sobre una erupción de varios volcanes surgió por el aumento de actividad del volcán Nevado del Ruiz, ubicado en Colombia, que tiene algunas similitudes con el Cotopaxi.
La primera es que ambos volcanes tienen una capa de glaciar. Aunque en el caso del Nevado del Ruiz, una parte de ese glaciar ya se derritió con la erupción de 1985, por la salida de flujos piroclásticos que formaron grandes lahares primarios.
Pero a diferencia del Cotopaxi, el Nevado del Ruiz tiene un sistema hidrotermal más grande y antiguo. En los últimos días las autoridades colombianas ya decretaron la alerta naranja por los más de 10 000 sismos diarios, relacionados a un posible empuje de magma.
Y si bien ambos volcanes están separados por cientos de kilómetros, lo que sí podría ocurrir es que la erupción de uno de ellos genere un aumento de presión de las placas tectónicas de la región. En esa tensión, explica Mothes, inciden hasta los terremotos.
Eso ya pasó en 1999 con la reactivación de los volcanes Tungurahua y Guagua Pichincha, y un año después del terremoto de Bahía de Caráquez de 1998. “Cuando tienes un terremoto de subducción (por movimiento de las placas tectónicas) eso altera el campo de estrés y facilita el ascenso de magma (de esas capas) de un volcán”, indica Mothes.
Una erupción del Cotopaxi, añade, también podría activar las fallas geológicas aledañas al mismo como la ubicada en la zona del Chaupi que está conectada al Guagua Pichincha.
La vigilancia en Ecuador
En Ecuador hay 76 volcanes, de los cuales 27 son considerados potencialmente activos y en 20 de ellos hay redes de monitoreo de distinto nivel que están a cargo del Instituto Geofísico.
El volcán Cotopaxi es el más monitoreado del país por la cantidad de zonas pobladas cercanas a él.
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