La reparación de daños por el sismo en el Austro sigue en análisis

La estructura del puente Sixto Durán Ballén, en el norte de Cuenca, será reforzada.

La estructura del puente Sixto Durán Ballén, en el norte de Cuenca, será reforzada.

Rómulo Coraizaca fue afectado por un deslizamiento en el barrio Los Pinos Altos. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Los estudios presentados hace tres días confirmaron que dos fallas geológicas de Azuay se activaron luego del último sismo prolongado, registrado el pasado 26 de mayo. Además, en dos puentes de Cuenca aumentaron sus fisuras.

Ese fenómeno de 8 grados de magnitud, con epicentro en la ciudad peruana de Loreto, afectó el sur de Ecuador. “Se escuchó el desprendimiento de la tierra y pensamos que las casas iban a colapsar”, contó Patricio Uzhca, morador del barrio Los Pinos Altos, en el norte de Cuenca.

En el sector ya había un deslizamiento de tierra, que anteriormente fue controlado con muros. Con el sismo hubo otro desprendimiento, donde no hay protección.

El estudio técnico fue entregado por la coordinación zonal 6 del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (Sngre).

Los técnicos de Gestión de Riesgos del Municipio inspeccionaron la falla geológica en Los Pinos y la ciudadela Jaime Roldós. Determinaron que tres casas están en mayor riesgo. 15 personas de cuatro familias, que vivían en esos inmuebles, fueron evacuadas.

Entre ellos están los Uzhca, que, en la actualidad, pernoctan en la casa comunal de la Ciudadela Jaime Roldós. “Nos dieron este espacio por tres meses. El plazo finalizará en agosto”, dijo Patricio Uzhca, quien piensa retornar a su casa.

El estudio del Servicio de Riesgos confirmó que la sismicidad y la saturación del suelo, por aguas subterráneas, incidieron en la reactivación de la falla geológica.

Para acelerar una intervención y comprometer recursos, el alcalde de Cuenca, Pedro Palacios, decretó la emergencia para los dos barrios el pasado 4 de junio. Allí, hay más de 200 viviendas, pero al menos 10 están ubicadas en las inmediaciones de este nuevo deslizamiento.

La estructura del puente Sixto Durán Ballén, en el norte de Cuenca, será reforzada. Foto: Xavier Caivinagua para EL COMERCIO

Aún no se define qué obras se ejecutarán, pero Froilán Salinas, director de Gestión de Riesgos del Municipio, no descarta la colocación de geomallas para controlar la fragilidad del suelo. Sería una intervención similar a la que controló el desprendimiento anterior.

El Servicio de Gestión de Riesgos realizó el mismo monitoreo y estudio en Zharbán y Atucaca, en la parroquia Daniel Córdova, ubicada en el cantón azuayo de Gualaceo. Allí, se identificó que existen 2,5 hectáreas con grietas de 50 centímetros de ancho por tres metros de profundidad.

Los vecinos se alarmaron y tres familias, entre ellas la de Rosa Borja, abandonaron Atucaca porque las paredes de sus casas tienen fisuras. Según Borja, empezaron a percibir cambios luego del sismo.

“El suelo tiene bastante humedad. Creemos que el sismo produjo las grietas en la parte alta y por allí ingresó el agua”, dijo Franklin Llivicura, presidente de la Junta Parroquial de Daniel Córdova.

La Prefectura de Azuay, el Municipio de Gualaceo y el Gobierno Parroquial analizan la construcción de una cuneta de coronación en la parte alta para detener el deslizamiento. Mientras tanto, las familias, que pernoctan en casa de amigos, no han regresado.

Los otros dos problemas identificados están en los puentes Sixto Durán Ballén y de Nulti (sector de Challuabamba), en la vía rápida Cuenca-Azogues. Hace más de un año moradores como Luis Ortiz identificaron fisuras, que se abrieron más con el sismo.

El puente Sixto Durán fue construido en 1993 y tiene 70 metros de longitud con dos plataformas para soportar 33 toneladas de peso.

Las fisuras se registran en una de las plataformas, porque la otra fue reforzada en el 2016. Por seguridad, el tramo afectado permanece cerrado al paso de los vehículos pesados. Un agente de tránsito de la Empresa de Movilidad vigila todo el día y en la noche se ubican barreras.

En un plazo de 15 días, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas adjudicará su reforzamiento, que será el reemplazo de vigas por otras metálicas. Según el subsecretario, José Jaramillo, la obra se afectó por el paso de vehículos de mayor carga, la colocación de carpeta asfáltica en la mesa de rodadura y el último sismo.

En este reforzamiento se invertirán USD 192 000 y los trabajos demorarán dos meses. El puente soportará una carga de 45 toneladas. Las obras se ejecutarán en esta época de vacaciones escolares para no afectar a la circulación vehicular, ya que en esta zona hay dos centros educativos.

En el caso del puente de Nulti, que registra menos afectación, se realizarán nuevos estudios para identificar cuánto aumentaron las fisuras de las bases y confirmar si hubo desplazamiento con el sismo. “Con eso podremos definir las obras”, señaló Jaramillo.

En contexto

El sismo del pasado 26 de mayo se sintió en todo el Ecuador. Hubo siete heridos en Zamora Chinchipe, Morona Santiago, Loja, Los Ríos y Santo Domingo de los Tsáchilas. En Azuay se afectó el cerramiento patrimonial del cementerio del cantón Sígsig.

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