La rentabilidad está asegurada en el negocio de los cementerios
Redacción Negocios
El negocio inmobiliario de los cementerios mantiene importantes niveles de crecimiento pese a la crisis que ha afectado a la mayoría de los sectores productivos en el país durante los dos últimos años.
“La muerte no discrimina edad, sexo, nivel social...El servicio exequial es un producto que ninguna persona va a decir 'yo no quiero', porque si no lo quiere, alguien de su familia lo va a querer para ella”, indica Ximena Naranjo, gerenta de Jardines del Valle.
Este grupo empresarial maneja tres salas de velación y un cementerio ubicado en el valle de Los Chillos, en Quito, con 6 000 espacios, de los que se encuentra vendido cerca del 70% y el 20% ya está ocupado. En una segunda etapa se prevén 15 000 espacios más.
La oferta es muy variada y de todo precio, dependiendo de la capacidad de pago del usuario. Los camposantos ofrecen tumbas en tierra, nichos en pabellones, columbarios (donde se depositan cenizas), osarios (donde se depositan restos), mausoleos y parcelas con capacidad de hasta 12 cuerpos. Estos dos últimos espacios van desde USD 13 000 hasta USD 60 000.
En los últimos años, se promocionan nuevos productos como los “árboles memoria” que ofrece el camposanto Monteolivo. En una urna se introducen las cenizas de un cuerpo cremado y luego se deposita al pie de un árbol para dar la sensación de eternidad.
Una persona requiere al menos de USD 600 para su velación, que incluye ataúd y traslado al cementerio, un tiempo determinado en una sala, flores, formolización, el servicio de tanatopraxia (maquillaje al cadáver) y una misa. Pero a esto se le puede añadir café y bocaditos para los invitados, libro de firmas, tarjetas de agradecimiento, y un dueto o un coro que cante en la velación.
Debido a los altos costos de todo lo que conlleva el fallecimiento, las empresas de velación y campos santos ofrecen opciones de financiamiento directo o con tarjetas de crédito. Pero también tienen planes prepago. Es decir, que una persona puede pagar progresivamente un espacio en el camposanto mensualmente durante tres años para utilizarlo en un tiempo indefinido, igual que cualquier otro inmueble.
El gerente de Negocios de Monteolivo, Fausto León, confirma que la crisis no sacudió al sector, ya que las ventas de la empresa se incrementaron este año en un 24% con respecto al año pasado.
Con una extensión de 27 hectáreas en la vía a Tumbaco, el camposanto dispone de 17 000 espacios construidos de los que se han vendido 8 000 unidades y se han utilizado 5 000. En el futuro podrá extenderse hasta 85 000 unidades, con siete salas de velación.
Otro servicio enfocado más a la población de ingresos medios y bajos de la población es el arrendamiento de nichos y tumbas que ofrece la Sociedad Funeraria Nacional. Esta modalidad implica la permanencia del cuerpo del fallecido durante cuatro años en un nicho por USD 340. El cadáver debe mantenerse en el lugar no menos de ese tiempo de acuerdo con la normativa sanitaria. Luego de ese período puede renovarse anualmente el arrendamiento desde USD 40 hasta USD 160 o trasladarse los restos a un osario.
La Sociedad Funeraria Nacional posee tres cementerios: San Diego, El Batán y Colinas de la Paz con una capacidad que bordea los 13 000 espacios. Sin embargo, en estos camposantos solo se puede vender hasta el 50% del área disponible ya que el otro 50% debe permanecer en arriendo. Ello, porque con los arrendamientos se cancela el mantenimiento de los cementerios, indica César Cabrera, su gerente.
Esta empresa ofrece un servicio de beneficencia para indigentes donde se asume el costo de todos los servicios funerarios hasta una tumba provisional donde el cadáver permanece cuatro años. Luego de este tiempo, sus restos se trasladan a una fosa común.
Aunque las estrategias de negocios en el sector se han sofisticado con el paso del tiempo, aún no hay planes de emisión de obligaciones o titularización de flujos para futuras inversiones.