Tras 25 años de funcionamiento, el Trolebús de Quito pasó de ser de un referente de movilidad a un servicio saturado que, según la ciudadanía, requiere modernizarse. Un factor que preocupa es el estado en se encuentran las unidades, algunas de las cuales se quedan varadas en el camino.
Para Marina Armas, usuaria de este sistema, las unidades se han deteriorado y ya no cumplen con la demanda diaria, sobre todo en horas pico. Con esta opinión concuerda Gilberto Morales, quien usa silla de ruedas y por más de 20 años se moviliza en el trolebús. El primer inconveniente que ha encontrado es la falta de espacios para dar comodidad a las personas con discapacidad. Las personas utilizan estas áreas para evitar los empujones durante el trayecto.
Danilo Rodríguez, gerente de la Empresa de Pasajeros, informó a este Diario que se van a adquirir 25 nuevos trolebuses con tecnología 100% eléctrica, con el objetivo de renovar las unidades de transporte. Estos trolebuses operarán en el Corredor Central, que cubre la ruta desde la Terminal Quitumbe hasta la terminal El Labrador.
Según el funcionario, cada trolebús eléctrico tiene un costo de USD 600 000, que incluyen los aranceles, puesta en marcha, operación y garantía. Sin embargo, se tiene previsto que entren en funcionamiento en mayo de 2023.
En la actualidad, la adquisición de las nuevas unidades está en fase preparatoria. Se están realizando los estudios técnico, de mercado y de especificaciones técnicas.
Una vez culminada esta etapa, se lanzará la licitación para escoger una oferta. “Esperamos que en octubre esté listo el proceso para subir al portal; y hasta noviembre tener un posible oferente y, en un lapso de seis meses, las nuevas unidades lleguen al país”, manifestó Rodríguez.
Para que la ciudadanía no se quede sin el servicio, la Empresa de Pasajeros recuperó como contingencia, en los últimos meses, 45 articulados y biarticulados que estaban paralizados por falta de repuestos.
54 unidades dejarán de circular
Este plan de adquisición se efectúa debido a que 54 unidades dejarán las calles de la capital: 19 cumplen la vida útil en este año, sobre otras 19 se emitió un informe de sugerencia de baja y otras tres están en análisis. Las 13 restantes ya no prestan servicio desde 2016.
Marco Cóndor, coordinador de mantenimiento de la flota de la Empresa de Pasajeros, explica que entre las fallas más comunes están los problemas eléctricos. Debido a ello es que solo circulan con el motor secundario a diésel.
El experto menciona que la empresa aplica dos tipos de mantenimiento a las 240 unidades: preventivo y correctivo. Cada bus municipal pasa por revisión periódica cada 5 000 km recorridos y se quedan en los talleres por 24 horas. En los chequeos se revisan frenos, neumáticos, dirección, sistema de transmisión y motor. El correctivo, en cambio, se da cuando hay un desperfecto o accidente.
Las unidades con varios años encima se deterioran más rápido y los arreglos tienen costos elevados. Por su antigüedad, la adquisición de repuestos se complica.
Según la Empresa de Pasajeros, está prevista la adquisición de 2 000 neumáticos para las 240 unidades, con una inversión de USD 1 millón. Este valor es similar a la compra del año anterior.
Para el especialista en movilidad César Arias es necesaria una intervención urgente en el sistema de trolebús, pues pone en riesgo la operatividad del transporte. El problema se centra en la “falta de acción municipal” en casi 25 años. “No ha habido un programa de renovación de la flota con anticipación y de manera ordenada”. Es importante activar el corredor que va hasta Carapungo y recuperar la estación de La Y, añade.
270 000 usuarios son los que utilizan a diario este sistema de transporte para trasladarse a distintos destinos en la ciudad de Quito, de norte a sur.