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El templete para el papa Francisco se levanta en el Bicentenario

Decenas de obreros trabajan en el Parque Bicentenario con el fin de dejar listo para el próximo 7 de julio el templete en el que el papa Francisco ofrecerá la misa campal de Quito. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO.

Decenas de obreros trabajan en el Parque Bicentenario con el fin de dejar listo para el próximo 7 de julio el templete en el que el papa Francisco ofrecerá la misa campal de Quito. Foto: María Isabel Valarezo/ EL COMERCIO.

El trabajo es frenético. A lo largo y ancho del Parque Bicentenario, en el norte de Quito, decenas de obreros se multiplican: unos cargas vigas, otros colocan tuercas o sueldan columnas… Todos, bajo la mirada atenta de los encargados de obra, van y vienen con apuro para levantar el templete donde el papa Francisco oficiará la segunda misa campal en el Ecuador.

También están montando las estructuras que sostendrán las pantallas de video y los parlantes. Parecen molinos que, con el fuerte viento que hace en la exterminal aérea, podrían salir volando.

Se calcula que el templete, de 1 000 metros cuadrados y una capacidad para 840 personas, esté listo el 21 de junio. Es decir, 14 días antes de la llegada del Papa, prevista para el 5 de julio.

Y al Bicentenario llegará, a las 09:00 del martes 7 de julio, el Papa para oficial la misa campal en Quito. Vendrá desde la Nunciatura Apostólica (avenida 6 de Diciembre y Orellana), en el papa móvil. Tras su llegada automáticamente se cerrará el Parque y quedarán libres todos los accesos de los 33 sectores en-vallados, no habrá gente circulando. Ni siquiera los 6 685 voluntarios que estarán distribuidos por todo el lugar.

En el edificio del antiguo aeropuerto también se ubicará la sacristía del Santo Padre, y desde ese punto, a las 09:15, saldrá para recorrer -en el papa móvil- 3 000 metros lineales dentro de las vías interiores de la sectorización que se diseñó en el Bicentenario, comenta Francisco Fernández, gerente de proyecto de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana del Parque Bicentenario.

Se calcula que se tome 30 minutos para saludar a los fieles. Irá de sur a norte y de ahí por una calle de la parte oriental de la pista, para luego ingresar al centro y retornar al punto de partida (sacristía).

El Papa ingresará a la sacristía y tendrá un encuentro, de alrededor de 30 minutos, con los 44 obispos del Ecuador y el cardenal.

Luego se revestirá. Se pondrá el alba (sotana blanca), cíngulo (cordón), estola (parte del ornamento), casulla (para celebrar la eucaristía) y la mitra (solo usa el Papa, cardenal y obispo). El ornamento tendrá un detalle propio de Quito: una azucena en el pecho y atrás el corazón de Jesús con una cruz.

A las 10:30, tras la procesión de los obispos hacia el templete (que estará a 3,10 metros de alto), saldrá el papa Francisco. Y se entonará el mismo himno que se escuchó con Juan Pablo II: “Ecuador, Ecuador, abre las puertas al redentor…”. Porque “el Papa lo que nos trae es la buena nueva y es a Cristo a quien recibimos”, dice Richar García, encargado del tema de la eucaristía.

La cruz litúrgica estará detrás del Papa, en el espaldar del templete y medirá unos 4 metros de alto. Tendrá un Cristo de madera con el tamaño de una persona (1,70 metros aproximadamente).

La silla del Papa, el atril, la base de la Virgen La Dolorosa y el altar serán en madera lacada y en café oscuro. El altar tendrá 4 metros por 2.

El Papa hará los ritos iniciales, el saludo litúrgico. No acostumbra a predicar muy largo, es muy preciso y en Quito el tema será sobre la evangelización, acota García.

Hay una tarima adicional donde irá la Sinfónica y el coro; estará a tres metros de distancia del templete. Interpretarán el canto de entrada, Señor ten piedad, Gloria, Aleluya, presentación de ofrendas (canto de ofertorio), Santo, Cordero de Dios, cantos de comunión y al final el tradicional canto Salve Salve Gran Señora.

Tendrá alrededor de 12 ministrantes de las diferentes diócesis y cuatro diáconos. La segunda lectura se hará en quichua y en shuar una petición. En la procesión de ofrendas irán un afro-descendiente, un indígenas y una laica voluntaria de Alemania (de la arquidiócesis de Múnich). Las ofrendas serán cinco: pan, vino, hostias, copones y cáliz.

El Papa no dará la comunión a nadie, comulgará él, ofrecerá la comunión a los diáconos y se sentará. Los obispos y sacerdotes que estén en el presbiterio tomarán la comunión por su propia cuenta. Y habrá algunos sacerdotes que darán la comunión a los laicos que estén cerca.

Unos 2 100 copones e igual número de personas entregarán la eucaristía a los fieles (sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos). En cada una de los copones habrá un máximo de 150 hostias consagradas. Todo ese ritual se prevé que se haga en un máximo de 15 minutos. En ese lapso, el Papa estará sentado.

Tras el podéis ir en paz, alrededor de las 12:30, el Sumo Pontífice regresará a la sacristía, se cambiará y saldrá del Bicentenario para continuar con el cronograma: Universidad Católica, San Francisco y la iglesia de La Compañía.