Senderos Seguros es el proyecto del Municipio de Quito con el que interviene los espacios públicos alrededor de la ciudad.
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Entre las principales intervenciones que hace el Municipio con el proyecto de Senderos Seguros están: soterramiento de cables, mejoras sustanciales de iluminación vial y ornamental con lámparas led que tienen mayor potencia.
También se trabaja en la instalación de cámaras de seguridad conectadas al ECU 911, construcción de rampas y caminos con piso podo táctil para la accesibilidad universal.
En las plazas se realizan la arborización y siembra de plantas ornamentales.
Para el Municipio de Quito, el proyecto de Senderos Seguros “marca un antes y un después en la transformación de la movilidad y la vida urbana en la capital”.
¿Los senderos seguros son suficientes para Quito?
Para el experto en seguridad de la Universidad Internacional del Ecuador, Wilson Goyes, el mejor termómetro de inseguridad de una ciudad es la cantidad de personas que caminan por la calle.
Si la gente tiene confianza sale a caminar con la familia, por deporte, etc. Por eso, cualquier esfuerzo que realice la alcaldía en ese aspecto será bien visto por la ciudadanía.
Dentro de estos espacios seguros va a haber más cámaras, iluminación, botones de pánico. Todo eso configura elementos para mejorar seguridad y vigilancia.
Goyes dice que este trabajo debe tener un complemento con los temas sociales, que bajan el nivel de conflictividad.
“Vivimos en una sociedad donde hay pobreza y hasta signos de miseria, entones ahí se van formando grupos de delincuencia, delincuencia organizada, microtráfico y bandas de tráfico de drogas”.
Los senderos son seguros si se reactiva el empleo
El experto señala que no es suficiente con pintar unas calles y poner el membrete de sendero seguro.
Lo que hay que hacer es mejorar los temas de fondo como: reactivar el empleo y dar mejor educación. Además, crear oportunidades para que las personas estén inmersas en la actividad productiva, construir más canchas deportivas, etc.
Para varios ciudadanos la pintada de la calle es algo feo, para otros es bueno. Para Goyes se debe tener cuidado con este tipo de intervenciones porque el Centro Histórico de Quito es patrimonio cultural.
La verdadera seguridad nace con el apoyo a la gente que está necesitada, que no tiene trabajo, con mejor educación y mejores condicione para acceder a los servicios básicos.
Recordó que no es coincidencia de que estos trabajos de senderos seguros se hayan hecho en el centro de Quito. Esto se debe a que ‘estamos a las puertas de que se inicie una nueva jornada electoral‘.
Según el docente universitario, los senderos seguros de Quito son una copia de un proyecto de México. El eslogan es: camina libre, camina segura, por los temas de violencia contra la mujer.
Trabajo en conjunto entre ciudadanos y Municipio
Edison Mafla, coordinador del programa de fortalecimiento de gobiernos autónomos descentralizados de la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador, da su opinión. Es importante que se trabaje en la responsabilidad ciudadana.
Para él, las personas deben tomar parte de estas medidas con acciones simples, como cuidar el frente de sus casas y participando en las decisiones del cabildo. Esto lo pueden hacer con los comités barriales.
Hay un factor que recoge el plan de seguridad del Distrito Metropolitano de Quito: los cambios de hábito en torno a los lugares donde existe la percepción ciudadana de inseguridad. Principalmente, son los mercados, espacios públicos y el transporte público.
Mafla dice que el centro de Quito tiene estas características y que por eso que se destinan recursos humanos y económicos desde el Estado “porque para ellos tampoco es ajeno esta situación”.
También subraya las entidades del Estado deben unificar sus datos para tener una estadística más real de la inseguridad y otros problemas que aquejan a la ciudadanía.
De este modo se puede atacar de forma más directa los problemas. En la actualidad, el ECU 911, el Gobierno Nacional, los municipios, Policía Nacional y demás entidades manejan diferentes datos.
Opinión ciudadana sobre la calle Caldas
EL COMERCIO conversó con los moradores de la calle Caldas y mostraron su desacuerdo con la intervención, pues señalan que la calzada se ha vuelto resbalosa con la pintura.
Los vehículos se resbalan, igualmente las personas de la tercera edad o personas con discapacidad que usan muletas.
Señalan que la situación empeora con la lluvia y “se vuelve jabón”. Otras personas creen que es un desperdicio de recursos. Ese dinero se pudo emplear en otras obras, opinan.
Alexandra Solís, moradora de la Caldas y Venezuela, comenta que se ha dañado la estética de la calle. Además, señala que el Municipio no les ha informado “cuál es el fin”.
En contraste, Fausto Maya, vendedor de la zona, comenta que los criterios están divididos entre las personas que dicen que es resbaloso y las que piensan que se ve elegante.
Maya comentó a EL COMERCIO que, según su criterio, “la calle está bonita, se ve elegante”.