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4 acciones prioritarias en la renovación del Trolebús

La parte articulada del trole (foto) es revisada por ingenieros de la Escuela Politécnica.

La parte articulada del trole (foto) es revisada por ingenieros de la Escuela Politécnica.

La parte articulada del trole (foto) es revisada por ingenieros de la Escuela Politécnica. Foto: Eduardo Terán/El Comercio

El Trolebús está en un proceso de cambio. Luego de 20 años de servicio y de tener en marcha la construcción de un nuevo medio de transporte público -el Metro- se ejecutan cuatro medidas para que este sistema masivo siga operativo.

Las medidas tomadas incluyen la revisión del estado del chasís de 113 troles, la construcción de nuevas estaciones, la
incorporación de 80 biarticulados a diésel y la extensión de la ruta hasta El Labrador.

La aspiración es que estas acciones se concreten hasta el inicio del segundo semestre del 2016, informó Alexandra Pérez, gerenta de la Empresa Pública de Transporte de Pasajeros Quito (Epmtpq).

Se tiene previsto que esta semana se conozca un primer avance sobre la evaluación de 54 troles que datan de 1995 y de 59 que son del 2000. Esta labor es realizada por la Escuela Politécnica Nacional (EPN).

En un taller ubicado en San Bartolo, los profesionales revisan que el chasís, considerado el esqueleto de un automotor, no tenga fisuras, que no esté corroído ni desgastado en exceso. El objetivo es evitar que los usuarios corran riesgos.

En el trole viajan alrededor de 275 000 pasajeros por día.
Una vez que concluya este análisis, se determinará qué unidades están en condiciones de seguir operando, cuáles requieren ser repotenciadas y cuáles deben salir de circulación. Según un reporte preliminar, “18 unidades no estarían en buenas condiciones, pero pueden ser reparadas”, expresó Carlos Bonilla, jefe de Metalmecánica de la EPN.

Cuando se presente el informe final, la Epmtpq analizará los costos que demandará la repotenciación de estas unidades y hará las optimizaciones.

La habilitación de las nuevas 44 paradas del Trole es otra intervención que está en curso. Se espera que la entrega de estas infraestructuras sea progresiva. La primera fase (11 estaciones) tiene un avance de alrededor del 75%, mencionó Alejandro Larrea, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad de Obras Públicas (Epmmop).

Estas estaciones medirán 30, 50 y 78 metros de largo. El número de puertas variará. Pero la altura -del suelo al piso- será la misma: cerca de 85 centímetros. Para que troles y articu­lados se ajusten a este altura se ajustará su suspensión.

Los primeros biarticulados a diésel llegarán entre abril y mayo. El resto se recibirá en el transcurso de este primer semestre, mencionó la Epmmop. A medida que lleguen, entrarán en funcionamiento.

Para cuando esto ocurra, la Epmtpq espera que la parte superficial de la estación multimodal del Metro de El Labrador, en el norte, esté adecuada. Ahí funcionará una parada integral, donde confluirán buses, articulados, biarticulados, troles. El predio de La Y servirá solo como un andén más.

Pero para que este servicio se extienda hasta El Labrador se requiere prolongar el carril exclusivo desde La Y hacia El Labrador. Son alrededor de 5 kilómetros y, por ahora, en este tramo no está contemplado instalar una red de alimentación eléctrica, que sirve para la operación de los troles.

En el mediano plazo no se comprarán más trolebuses (unidades eléctricas con antenas). Pérez mencionó que para cubrir la demanda se apostará por nuevas tecnologías: buses eléctricos o híbridos. Los troles se utilizarán mientras aprueben la revisión técnica vehicular, según establece la resolución 082 de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).

A estas acciones que están en marcha se deberán sumar: la evaluación del estado de los 18,5 kilómetros del carril exclusivo del trole, para colocar hormigón en los puntos más afectados del sur, y la modernización del sistema de recaudo para cancelar el pasaje con tarjetas magnéticas. Con esto, la actual administración tiene planificado que el Trole pueda operar a la par del Metro.

Tener a ambos sistemas permitirá que los usuarios escojan en qué viajar. Incluso, mantener los medios de transporte tradicionales, en ciudades que tienen Metro, sirve como una alternativa para atender la demanda en situaciones de emergencia, enfatizó César Arias, especialista en Movilidad y mentalizador del Trole.

“No se puede perder la infraestructura instalada en la línea del Trole: carriles, subestaciones, paradas, red eléctrica. No es bueno desperdiciar recursos, peor en tiempos de crisis”.