La mayor contaminación en ríos y quebradas está en 8 sitios del sur

Quebradas

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En la quebrada Río Grande, en Santa Bárbara, la contaminación es evidente. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO

Aunque todos los ríos y quebradas del Distrito registran niveles de contaminación, en el sur se concentran los sitios más críticos. Hay muestras que superan hasta en un 3 000% los rangos permitidos para que el agua sea considerada bebible.

En Santa Bárbara Baja, cerca de la quebrada Río Grande, está uno de los sitios con mayor contaminación, de acuerdo con los datos del último año. El aire tiene olor a pescado podrido. En el agua gris flotan restos de fundas de basura, botellas y animales muerto.

Matilde Santacruz, moradora del sector, dice que el olor es “insoportable”. Le preocupa las enfermedades que portan las ratas. Julia Dumancela, moradora de El Recreo, otro de los puntos con más contaminación, compró un gato para ahuyentar a los roedores. Además, cada año utiliza raticidas e insecticidas para las plagas que se generan alrededor del río. A estos dos sitios se suman: Camal Metropolitano, Guajaló, La Recoleta, El Censo, Las Orquídeas y la Quebrada Ortega.

En el último estudio que hizo la Empresa de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) se recogieron 2 910 muestras en ríos y sus afluentes. En la base de datos hay varios indicadores que se toman en cuenta para analizar la contaminación.

Se enfatizó en la Demanda Bioquímica de Oxígeno (DBO), constituida por grasas, proteínas y elementos orgánicos que se producen por descomposición. Los lugares que tienen mayor concentración de estos materiales están en la quebrada Ortega, el Camal Metropolitano, La Recoleta y El Recreo. Todos están el sur.

En el último sector, este índice llegó a 268 miligramos por litro (mg/l). Una cifra alta si se toma en cuenta que en un río sano, el nivel no supera los 15 mg/litro.

También se registró la Demanda Química de Oxígeno (DQO) que corresponde a la contaminación por detergentes, productos de limpieza, jabones y otros solubles que se deslizan hasta las fuentes de agua. En los ríos Machángara y Monjas es elevado. En la quebrada Río Grande, en Santa Bárbara Baja, este rango llega a 521 miligramos por litro (mg/l). En otros puntos del norte, no pasa los 20 mg/l.

Los coliformes fecales fueron parte del estudio. Son aquellos materiales que provienen de las heces humanas, pueden llegar hasta 24 000 000 por cada 100 mililitros. En Quito, las descargas de los baños se hacen directamente a los ríos, lo que las convierte en el principal foco de polución.

Expertos señalan tres factores para que haya más índices de contaminación en los ríos del sur: la densidad poblacional, el poco tiempo que pasan las aguas en las alcantarillas antes de desembocar en los cauces naturales y la impermeabilidad del suelo, que impide filtrar agua de manera natural a los ríos.

Según los datos que maneja la Empresa de Agua Potable, los cuatro ríos de Quito tienen una “polución severa”. El nivel de contaminación baja a la altura de Los Bancos, 94 kilómetros al noroccidente de Quito, por efecto de la oxigenación y por la corriente que permite la limpieza del líquido.

Existe un plan para salvar los ríos y quebradas. Marco Antonio Cevallos, gerente de la Epmaps, comentó que la planta de tratamiento de Quitumbe estará lista en el 2016. La obra tiene un costo de USD 70 millones y procesará 0,109 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, la planta beneficiará a 60 000 habitantes de los casi dos millones que hay en Quito.

Al momento, están en estudios las plantas de tratamiento en Lumbisí (Valle) y Vindobona (San Antonio) que necesitan USD 700 millones para su construcción. La planta del Valle estará lista, según Cevallos, en tres años y medio, mientas que la de Vindobona aún no tiene una fecha. Cuando estén construidas estas estructuras, los ríos y quebradas tendrán una contaminación moderada y cuando el agua salga del Distrito bajará a un estado casi natural. Mientras, el aroma podrido en estos ocho sitios del sur se mantienen; hay días soleados en los que son más fuertes los olores.

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