Parroquias de Quito deciden cómo usar USD 28 millones

Obreros colocaban ayer la malla para el parque y la cancha de La Virgen, en el barrio de La Magdalena, en el sur.

Obreros colocaban ayer la malla para el parque y la cancha de La Virgen, en el barrio de La Magdalena, en el sur.

Obreros colocaban ayer la malla para el parque y la cancha de La Virgen, en el barrio de La Magdalena, en el sur. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

La primera tarea que enfrentarán las nuevas administradoras zonales es la coordinación de las asambleas, en las que se definirá el destino de los presupuestos participativos que se ejecutarán en el 2020. Según el presupuesto prorrogado vigente, este programa cuenta con USD 28,2 millones.

Esto corresponde al 70% del monto de inversión con el que cuentan las nueve delegaciones municipales desde el 2017 (antes era el 60%).

En las asambleas -que se efectuarán entre julio y agosto de 2019- se decidirá cuáles de las obras que se requieren en los barrios se priorizarán.

En el 2013 se destinaron USD 12 millones a este tipo de proyectos, pero el monto subió cuando se emitió la Ordenanza 102 (año 2016), orientada a la promoción de la participación ciudadana y el control social.

El destino de esos dineros empieza a tratarse en más de 830 asambleas barriales y 20 comunales, a inicios de cada año (Quito tiene más de 1 500 barrios y 66 comunas). Pero la decisión final se vota en 65 asambleas parroquiales de presupuestos participativos (33 rurales y 32 urbanas).

Este año en Conocoto -que pertenece a la administración Zonal Valle de Los Chillos- se ejecutará un presupuesto de USD 600 418, según el sitio www.decide.quito.gob.ec.

Una de esas obras será la calle Jorge Mosquera, en el barrio FEUE, en Conocoto alto. Manuel Arauz es uno de los dirigentes de la zona desde hace unos 12 años. Cuenta que esta calle de cerca de un kilómetro es la única que conecta a los barrios altos con la escuela que lleva el mismo nombre.

El barrio postuló para los presupuestos participativos los tres últimos años y ya logró que en el primer tramo se invirtieran USD 40 000. Este año se ejecutará el segundo tramo y espera que en las próximas asambleas se apruebe la conclusión de la vía.

Sin embargo, sabe que el dinero sobre el que deciden las asambleas es poco y por eso la gente busca la colaboración de otras entidades para seguir mejorando.

Por ejemplo, la gente del barrio FEUE pidió al Distrito de Educación de la zona colocar un cerramiento para la escuela de dos hectáreas y consiguieron que invirtiera en parte de la infraestructura. Esperan que pronto esto se complete, por seguridad de los estudiantes.

Para Arauz, sería bueno que las parroquias rurales tuvieran la posibilidad de autofinanciar ciertas obras a través de ingresos como el del peaje de la autopista General Rumiñahui, del que cree debería quedar una suma para que la administre la junta parroquial.

En La Magdalena Central también se apoyan en otras entidades para mejorar su entorno. Gladys Ordóñez es dirigente de este antiguo barrio del sur. La parroquia La Magdalena cuenta con USD 357 247 para decidir, pero varios barrios se disputan el dinero.

Ordóñez cuenta que con este sistema han conseguido reasfaltado de calles o semaforizaciones. Pero el logro más grande fue la casa comunal. Ayer, obreros colocaban el cerramiento de malla que se consiguió por esta vía para el parque, la cancha y la casa comunal, cerca del mercado La Magdalena y de las lavanderías.

Estas recientemente fueron restauradas pero el dinero no salió de estos fondos sino de una gestión con el Instituto Metropolitano de Patrimonio. Ordóñez dice que por la antigüedad del barrio y su ubicación, en el sur, cuentan con servicios, pero hacen falta proyectos sociales como Reci-Clave, un plan de manejo de desechos que está aprobado pero no se ha ejecutado todavía, por falta de presupuesto.

Para el urbanista Hernán Orbea, la selección de las nuevas administradoras mediante concurso y teniendo como requisito vivir en la zona es un avance hacia la transparencia, pero no es una garantía de liderazgo y de experticia técnica.

Él considera que hay una oportunidad de mejorar el modelo de zonales con el Estatuto Autonómico, para que estas no sean solo sucursales municipales sino ámbitos de delegación. Sin eso, dice, es difícil pensar en entregar un presupuesto mayor para que estas entidades lo gestionen.