Mirada a la vida desde la patineta

Fotos: Diego Pallero/EL COMERCIO En la pista de La Carolina.     50 jóvenes que practican el skate se reunieron para celebrar el Día Mundial de esta actividad. En Quito hay siete pistas  para las piruetas.

Fotos: Diego Pallero/EL COMERCIO En la pista de La Carolina. 50 jóvenes que practican el skate se reunieron para celebrar el Día Mundial de esta actividad. En Quito hay siete pistas para las piruetas.

Óscar Manchena tiene claro que para sentirse libre y poder volar solo se necesita una tabla con cuatro ruedas de goma. “La habilidad se adquiere con el tiempo, lo que importa es la convicción y la perseverancia”.

Acomoda su gorra azul, coloca unos audífonos en sus oídos y al ritmo de la canción Answers, del rapero 50 cent, baja por una rampa ubicada a 10 metros de altura, en la pista de patinaje del parque La Carolina, en el norte de la urbe. Sin perder el control de la patineta, el joven de 23 años da varias vueltas y saltos. Parecería que la tabla (patineta), como él la llama, estuviese pegada a sus pies.

Detrás de él bajan otros cinco jóvenes. Cada uno tiene un look y una técnica diferente. Dany Arellano, administrador de la revista 8 Pernos, un semanario dedicado a los deportes urbanos, asegura que el skate es una cultura que puede converger con otras. “Al inicio, la actividad llegó junto con el desarrollo de la cultura hip hop, a finales de 1990. Al ser una actividad urbana se instauró con fuerza en la ciudad, al igual que el grafiti y el Brak dance”.

Ayer, a las10:45, por la pista del parque cruzan, saltan, se deslizan y a ratos hasta parece que vuelan alrededor de 50 jóvenes, que han hecho del skate su forma de expresión. Muchos lucen con un estilo rapero (camisetas largas con estampados, pantalones anchos, zapatillas deportivas y vistosas gorras). No son los únicos. Sobre una patineta negra con tribales rojas está Oliver López, ambateño de 18 años. Él viste un pantalón con bastas ajustadas y una camiseta negra con el estampado de una de las bandas británicas más legendarias de rock, Pink Floyd.

López también escucha música desde su celular, pero el sonido del ‘beat’, de rap, cambia por un retumbante ‘rift’ (sonido de guitarra con estilo hevy metal). Los dos se mueven al ritmo de su género musical preferido, tararean las canciones, suben a sus patinetas y se deslizan con gran facilidad.

No siempre ha sido así, dice Mancheno. Recuerda que hace tres meses, en un día, realizó 110 intentos de una maniobra que vio en un video y que se propuso ejecutarla. “Llegué a la pista de patinaje La Roca, en Calderón a las 14:00 y me quedé hasta las 18:00, cuando ya me iba a mi casa, hice otro intento y lo logré”.

Mancheno y López no se conocían. Ayer, 21 de junio, Día Mundial del Skate, compartieron la rampa y los obstáculos de una de las siete pistas de patinaje que hay en Quito.

Ellos, al igual que otros 48 jóvenes, estuvieron desde las 10:00 hasta el parque. Realizaron varias piruetas, escucharon música y se inscribieron en los concursos (la mejor secuencia y el mejor truco), que se realizó a las 15:00.

Para ellos, esa actividad es un deporte. No hay un régimen de entrenamiento, reglas ni instructores. “ Es por el gusto a la adrenalina y a la libertad”, asegura Luis Meneses, de 12 años.

El Municipio de Quito construye una nueva pista en la Ciudadela UTAQ , en sector de Quitumbe, en el sur. A Mancheno le quedará más cerca de su casa, ya no tendrá que cruzar “media ciudad”, para practicar las piruetas.

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