En varias partes de la capital, cambiar del Trolebús a la Ecovía implica caminar varias cuadras y pagar otro pasaje. Le ocurre a Victoria Mancero, quien hace esta travesía todos los días.
Esta enfermera, de 37 años, viaja cada mañana desde La Recoleta hasta una casa de salud en El Batán. Su trayecto lo hace en Trole por la avenida 10 de Agosto hasta la av. Colón. Allí se baja y camina hasta la av. 6 de Diciembre, para tomar el articulado de la Ecovía.
Su trabajo se ubica diagonal a la parada Sauces y por eso hace el cambio de bus. Dice que también tiene la opción de llegar a la estación La Y, para tomar un alimentador; pero esto le agregaría media hora a su trayecto.
En Quito, el 70% de las personas se mueve a través del transporte público. Con la puesta en marcha del Metro debía arrancar también la reorganización de rutas y frecuencias de los buses de la ciudad, pero los transportistas han manifestado que nada está claro en torno a este asunto.
Roberto Custode, gerente de Operaciones del Metro, dice que el retraso en ese proceso no impedirá que el transporte subterráneo entre en funcionamiento en diciembre. Y hace énfasis en que la integración de los buses no es un requisito para cumplir con ello.
Para el experto en movilidad Mario Villagómez, la falta de integración “provocaría un déficit y un valor muy alto por subsidio”.
Una evaluación de su empresa a la situación financiera del Metro arrojó que el punto de equilibrio era tener alrededor de 250 000 pasajeros por día. Pero sin la integración de los otros buses, se alcanzarían apenas 96 000 usuarios.
El proceso
La secretaria de Movilidad, Gisel Paredes, detalla que en una primera etapa se integrarán los sistemas municipales y, más adelante, los transportistas particulares.
No hay una fecha exacta para la reorganización de las rutas. Sin embargo, adelanta que en octubre se iniciará la socialización de los cambios para evitar confusiones en los pasajeros.
Los objetivos son ampliar la cobertura a sectores que no tienen servicio de transporte urbano y alimentar el Metro.
Villagómez advierte que el tiempo para socializar las nuevas rutas no será suficiente y, si no se hace de manera adecuada, la gente podría no aceptar la reorganización y “tendrá que caminar más” para tomar un bus.
La integración
Villagómez aclara que el número de pasajeros se dividirá entre todos los subsistemas, por lo tanto la integración es vital.
Custode afirma que el subterráneo es sustentable aun sin recibir pasajeros de otros sistemas, y que cuando se integren los usuarios, la recaudación permitirá cubrir el déficit de las otras empresas.
Pero estudios de empresas internacionales dicen lo contrario, según Villagómez. “Todo el mundo les ha dicho que para que funcione hay que reorganizar en la superficie”, acota el experto.
Sin este proceso, los especialistas advierten que todos los sistemas serán ineficientes y se convertiría al Metro en un ‘elefante blanco’ impagable.
La recaudación
Victoria Mancero admite que a veces sale con tiempo para tomar un solo sistema de bus. “Así ahorro un pasaje; esto me sirve aunque sea para un pancito”.
Y es que el sistema de recaudación también se debe integrar para facilitar al usuario moverse de un vehículo a otro. Custode afirma que el Metro ya está trabajando para tener listo el suyo.
Desde diciembre está prevista la venta de ‘títulos de viaje’ para acceder al sistema subterráneo. Esto servirá para los buses en superficie e, incluso, para el proyecto Quito Cables, según Custode.
Las tarjetas magnéticas permitirán pagar el pasaje fijado en la Ordenanza 017. Para hacerlo bajo tierra, el valor será de USD 0,45; si el usuario opta por otro sistema pagará USD 0,60.
Carlos Abad, de 31 años, vive en el valle de Los Chillos, usa a diario tres diferentes sistemas de buses. Para este vendedor de electrodomésticos “sería bueno ir en uno solo, se ahorra plata y tiempo”.
Sin embargo, los buses de Los Chillos no serán incluidos en la unificación, al menos no en 2023. Estos son competencia de la Agencia Nacional de Tránsito, porque se desplazan a otros cantones.
El principal problema de movilidad en Quito es la integración de oriente a occidente. “Si no se coordinan las rutas entre los buses, el proyecto está destinado a fracasar”, vaticina Villagómez.
Cifras:
243 Rutas de buses hay en la capital ecuatoriana, entre urbanas, las rurales combinadas y las alimentadoras.
45 Centavos costará viajar en Metro. Subirá a USD 0,60 si el pasajero toma un bus de otro subsistema integrado.