Posible fraude en sistema de transporte municipal de Quito se investiga

En la estación El Recreo, del Trolebús, las personas hacen fila para cambiar monedas. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

En la estación El Recreo, del Trolebús, las personas hacen fila para cambiar monedas. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

En la estación El Recreo, del Trolebús, las personas hacen fila para cambiar monedas. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.

La Empresa de Pasajeros, que maneja el sistema metropolitano de transporte, es la entidad que más pérdida genera al Municipio de Quito. En el 2019 que inyectarle USD 40 millones para mantenerla operativa. A pesar de contar con una flota de 224 buses y de movilizar a 650 000 personas al día no es rentable.

Hay dos vías mediante las cuales la recaudación del sistema tiene fugas. La primera es la evasión, y tiene que ver con las personas que suben al Trolebús y a la Ecovía sin pagar pasaje. La segunda es un supuesto fraude, y está relacionado con el sistema de cobro manual.

Desde hace más de 20 años, la recaudación del pasaje no se ha modernizado. Se lo hace con monedas y tiquetes, lo que da vía libre a irregularidades.

Cada día, en este sistema de transporte se recaudan unos USD 152 000. Se lo hace en 109 paradas y con 600 personas del equipo de recaudación.

Son aproximadamente USD 36 millones al año que se reciben centavo a centavo, pero que no corresponde al número de usuarios que usan el sistema. Ese es el principal problema. Las cifras no cuadran. No hay conciliación (comparación de lo que ingresa respecto al número de pasajeros).

La edil Mónica Sandoval, miembro de la Comisión de Movilidad del Concejo, ha analizado las cifras entregadas por la Empresa de Pasajeros y lo ejemplifica: la cajera de un banco, al finalizar el día, debe cuadrar lo que recibió y lo que entrega y no se debe perder ni un centavo. Así debería ser el recaudo. Pero no lo es.

Sandoval pidió un informe de las actividades económicas de la empresa y los datos que recibió están llenos de supuestas irregularidades. “Eso nos obliga a un ejercicio de fiscalización en torno a cómo se está recaudando y quiénes tienen responsabilidad”.

Este Diario tuvo acceso a tres informes de conciliaciones entregadas por la Empresa de Pasajeros. Ninguno cuadró.

El concejal Omar Cevallos también pidió informes y halló inconsistencias. La principal: de los 120 tornos, solo 60 emiten un listín con el número de monedas depositadas, lo que permite cotejar el número de usuarios con lo recaudado. Pero los otros 60 tornos no.

La persona de recaudación que retira las monedas se las entrega a Tevcol (empresa que únicamente hace el traslado de valores y el conteo). Y luego la Empresa de Pasajeros coteja esa cifra, con una que emite Procelec, una entidad con quien el Municipio tuvo un contrato en el 2015, pero terminó en el 2016 y al momento no tiene relación laboral.

Es decir, una empresa a quien no se le está pagando ni un centavo y que además no tiene contrato ni relación de dependencia con el Municipio cumple un rol tan importante como certificar cuántas personas pasaron por el torno, según la Empresa de Pasajeros.

“En un directorio de la Empresa de Pasajeros pregunté cómo sabían cuántas monedas salían de un torno, y supieron decirme que como no tienen un registro, las pesan. Es un sistema no fiable”, dijo Sandoval.

Otra de las presuntas irregularidades se relaciona con el traslado de valores que se efectúa en las noches. Desde el 2018 la Empresa de Pasajeros contrató a Tevcol para que retire de las paradas las monedas dos veces al día, una en la mañana y otra en la tarde.

Pero a partir de las 18:00, la empresa ya no presta el servicio, por lo que son las mismas personas que venden los boletos quienes toman la funda con el dinero en efectivo, la guardan en sus carteras, se suben en el bus del sistema municipal y entregan lo recaudado en uno de los sitos de recepción.

A esto se suma otro factor. Lo que Sandoval llama el carrusel de boletos. Algunos de los trabajadores reciben el cobro y no entregan el boleto, o recogen los que los pasajeros arrojan al piso, para volver a venderlos.

Debido a estos inconvenientes, Quito Honesto (Comisión metropolitana de lucha contra la corrupción creada en 2004) inició un proceso investigativo sobre un posible desvío de fondos. Su presidente, Michel Rowland, indica que aunque Quito Honesto no tiene capacidad sancionatoria, puede hacer recomendaciones para que se tomen medidas.

Guillermo Abad, secretario de Movilidad, señala que el lío del recaudo no solo es de la Empresa de Pasajeros. El transporte convencional también tiene una alta evasión por fraude que va del 10 al 30%.

Para él, la manera de evitarlo es a través de un sistema de recaudo automatizado. “El cobro manual ha llevado a que tengamos un problema de evasión y probablemente de fraude”.

“Es una dificultad que debió haberse detectado antes. Un déficit tan alto en la empresa debió haber encendido algunas alarmas y preguntas. Nosotros estamos corrigiendo”.

Darío Chávez, gerente de la Empresa de Pasajeros, dice que los problemas que viene acarreando fueron heredados de administraciones pasadas.

Indica que al momento la empresa municipal realiza una investigación interna para identificar las fallas. Incluso cuatro personas han sido desvinculadas. Plantea una solución: migrar hacia un nuevo sistema de recaudo.

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