La calle Chile, en el Centro Histórico, parece un micromercado desde las 09:00 hasta las 22:00. Todos los días, más de 70 comerciantes informales recorren desde La Marín (av. Pichincha) hasta el sector Hermano Miguel (zona Ipiales).
A mediodía, por ejemplo, se puede ver frente al Palacio de Carondelet vendedores con canastos de productos. Ofertan arroz, ceviches, papas, frutas, pastas, dulces… Otros, en cambio, venden pasadores, pilas, papel higiénico y prendas para mascotas.
Según el Municipio, por la calle Chile transitan a diario unas 15 000 personas. Eso concentra la mayor parte de la actividad comercial en la Chile. Aunque también hay comerciantes que deambulan por las calles Guayaquil, Benalcázar, García Moreno y en la plaza San Francisco.
Hay informales que cambian sus productos de comercialización, según la temporada. Margarita Cushpa es una de ellas. Decidió vender borradores en forma de queso y lápices por el inicio de clases. La mujer, de 44 años, camina hasta 30 cuadras para vender 20 borradores en USD 1.
Cuando el negocio es bueno gana hasta USD 7 diarios. En cada cuadra camina atenta para no ser vista por los policías metropolitanos, quienes le impiden vender en la transitada calle Chile.
El control municipal se aplica con las ordenanzas 021, 121 y 129. Estas normativas regulan el uso del espacio público y el orden en el Centro Histórico. Sin embargo, los comerciantes defienden su derecho a trabajar amparados en la Constitución.
La tarea de los metropolitanos se opaca porque el número de informales que venden en las calles de la ciudad es más numeroso. Cada día se asignan 200 uniformados para el control de los informales. Ellos también vigilan la seguridad y la limpieza.
Según la Federación de Comerciantes Minoristas de Pichincha (Fedecomip), más de 500 comerciantes recorren a diario las calles del centro. “Cuando la venta es buena, gano hasta USD 200, con eso mantengo a mis tres hijos”, manifiesta Cushpa.
La mujer se queja porque durante dos años no ha recibido la ayuda del Cabildo y cuestiona que los dirigentes de Fedecomip organicen marchas para “exigir la atención a los informales; a veces son más pugnas políticas”.
Con esa opinión coincide Roberto T. (prefiere no identificarse), vendedor de papel higiénico. Él cuestiona la lentitud del Municipio en organizar a los comerciantes autónomos y el descuido de los dirigentes por no buscar diálogos y organizar protestas en contra de la Alcaldía, como medida de presión para exigir trabajo.
La última protesta fue hace tres semanas y terminó en un enfrentamiento entre comerciantes y metropolitanos, en las afueras del Municipio, en el centro. Ahí, los informales se volvieron a quejar por la demora en los planes de ayuda para ellos.
Eduardo Dousdebés, secretario de Productividad del Municipio, explica que tomó tiempo (cinco meses) levantar el catastro en el cual se determinó que hay 5 634 comerciantes informales. El 51% no integra las asociaciones.
“Es un proceso extenso. El comercio autónomo no es una actividad fija. En el catastro se deben realizar comprobaciones técnicas y sobre esa base se regularizará”, manifiesta Dousdebés.
Mario Alcívar, comerciante de bisutería, recuerda que funcionarios municipales lo entrevistaron dos veces: en el centro y en la plaza Foch. Aunque él sí ha asistido a las reuniones, está preocupado por la demora en la entrega de carnés y chalecos a los comerciantes por parte del Cabildo.
Dousdebés agrega que el proceso de regularización comprendía la fase de levantar el catastro y, con ese estudio, trabajar en la entrega de los carnés, chalecos y construir entre ambas partes (Municipio y comerciantes) una ordenanza que regule el trabajo de los informales en la capital.
La redacción de la normativa volvió a enfrentar al Cabildo con los comerciantes y fue el motivo de la última protesta. El artículo que generó discrepancias fue el pago anual por el impuesto de una patente a los vendedores autónomos, como lo determina el Código de Ordenamiento Territorial (Cootad).
Mientras el debate continúa, Alcívar dice que prefiere seguir vendiendo sus productos en la calles, porque cuando no la hace falta la comida en su casa. Reconoce que en las últimas semanas aumentó el control en el espacio público.
Así los informales esperan que avance su regularización para recorrer las calles sin temores.
Punto de vista
Eddy Sánchez / Concejal
‘Les invito a no politizar esto’
Con los comerciantes hemos realizado15 sesiones de trabajo. De los 84 artículos de la ordenanza que presentamos en las mesas de diálogo se han avanzado en 60; con modificatorias presentadas por los mismos vendedores.
Hay cosas importantes como la creación del Comité de Gestión del Comercio Autónomo, la creación de un fondo, las líneas de crédito a través de ConQuito y la necesidad de ir al aseguramiento social son algunos logros.
Lo formulamos en una hoja de ruta hecha con los comerciantes en mayo. Nos comprometimos en fechas que se están cumpliendo con cierto retraso.
No hay desacuerdos en la redacción de esta normativa. Les invito a no politizar el tema. Aspiro a tener listo todo en diciembre y que haya comerciantes identificados con carné y chalecos. El valor de la patente no será costoso.