Las estructuras del barrio Bolaños, el principal riesgo

El barrio Bolaños está ubicado a un costado de la avenida Interoceánica, a unos 200 metros al oriente del ingreso al túnel Guayasamín. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Viven sin miedo en casas que parecen agarrarse con las uñas de la pendiente de una montaña. Las 55 familias que conforman el barrio Bolaños, no le temen a los aguaceros ni a los sismos por una razón: en más de 50 años, jamás ha habido un deslave ni una vivienda se ha cuarteado pese a que debajo suyo estuvo, incluso, el epicentro de un reciente sismo.
Pero hoy hay algo que les quita el sueño: temen perder sus casas a causa de las expropiaciones. Están en el ojo del huracán desde que el proyecto Solución Vial Guayasamín empezó a ejecutarse en abril. La obra contempla la construcción de un puente que pasaría por el barrio, lo que obligaría a parte de la gente a salir de allí.
Las personas se rehúsan a hacerlo porque en esa zona es donde echaron raíces. Se niegan a abandonar su historia, sus casas, sus cultivos. No están dispuestos a dejar el esfuerzo de toda su vida. Incluso ponen en tela de duda la vulnerabilidad del barrio, pese a que forman parte del mapa de riesgos del Distrito.
Alejandro Terán, director metropolitano de Gestión de Riesgos, asegura que el barrio fue sujeto a un estudio de riesgos en el 2012 en el que se identificaron amenazas y vulnerabilidades. Se halló riesgo ante inundaciones, lluvias, movimientos en masa e incluso colapso en caso de temblor por la precariedad de las casas: el 50% de las viviendas tiene problemas en su construcción.
Otro de los problemas tiene que ver con la pendiente: tiene más de 70 grados de inclinación, lo que provoca que cuando llueve, la parte alta da velocidad a las aguas. Debido a la saturación, el agua se absorbe y puede generar derrumbes.
Jorge Valverde, profesor de la Politécnica Nacional y experto en geotecnia, indica que según la norma cuando una pendiente tiene más de 10 grados se debe hacer un estudio particular de estabilidad de talud para anclar la estructura y calcular el peso por la carga que va a soportar. “Dudo que esos estudios se hayan hecho antes de edificar esas casas. No se debió dejar construir allí”.
Valverde señala además, que el manejo de las aguas servidas y lluvias es fundamental, más aún, si el barrio está al lado de la av. Interoceánica. Para el experto, la mejor opción, con o sin la Solución Vial Guayasamín, es la reubicación.
Verónica Ninahualpa, moradora del barrio, está en desacuerdo con esa explicación.
Asegura que los moradores tuvieron acceso a un estudio donde se señala que el riesgo es mitigable. Precisamente a ese estudio hace referencia Diego Hurtado, profesor de la Facultad de Arquitectura de la U. Central y cuenta que analizó el informe y encontró que el suelo de Bolaños es de buena calidad y el riesgo de deslizamientos no es alto. Admite que la pendiente es pronunciada pero las casas están asentadas en terrazas y zonas menos inclinadas, como lo que ocurre en Guápulo, La Tola, El Placer.
El estudio menciona que sí hay vulnerabilidad en las construcciones, pero se puede solucionar mejorando la infraestructura. “Lo que se debería hacer”, dice Hurtado, “es asegurar la zona y generar un parque lineal que lo conecte con Guápulo. Podría volverse un atractivo, con miradores, lugares de escalada”.
Los moradores aseguran que el barrio está asentado sobre rocas fuertes y duras. Pero, ese es justamente uno de los principales problemas según Gabriel Cortez, jefe de Seguridad y Desastres de la UDLA.
Cortez indica que cuando un terreno está sobre rocas, y hay sismos o exceso de humedad, la parte superficial del terreno puede ser arrastrada porque la vivienda no está anclada de manera directa sobre la piedra. “Bolaños presenta alto riesgo debido a su vulnerabilidad frente a amenazas naturales. Urge la reubicación”, afirma.
En Quito hay 90 barrios propensos a inundaciones y movimientos en masa. En ciertos casos, luego de estudios geológicos y estructurales se determinó que están en situación de riesgo no mitigable. Uno de esos es Bolaños.
En esos casos, hay dos alternativas. La relocalización y la reubicación. Para acogerse a la primera, las personas deben cumplir varios requisitos para recibir bonos del Municipio y el Gobierno que cubren hasta el 70% del costo de la vivienda.
Las personas relocalizadas son ubicadas en soluciones habitacionales municipales. Al momento, según Terán, hay unas 200 familias a la espera de la relocalización y Bolaños no está en la lista. La razón: en el 2012, cuando pudieron acceder voluntariamente a este beneficio, nadie lo hizo.
Lo que se podría dar en este barrio es un proceso de reubicación, en donde se indemniza a los dueños de las viviendas y cada uno ve donde se moviliza.
En contexto
El proyecto Solución Vial Guayasamín pretende dar fluidez a los 34 000 autos que circulan a diario por el túnel Guayasamín. La construcción ha generado el rechazo de colectivos sociales, urbanistas y moradores de la zona.
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