En Quito, la falta de lluvias recientes generaron inquietud sobre el abastecimiento de agua en la ciudad.
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Un técnico de la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) informó que, aunque las reservas están bajas, aún no han alcanzado niveles críticos gracias a un sistema de conservación implementado hace más de dos décadas.
¿De dónde llega el agua a Quito?
Quito depende de cuatro sistemas principales para su suministro de agua. En la región oriental, se encuentran Papallacta, La Mica Quito Sur y Pita Puengasí. En la zona occidental se ubican sistemas menores entre el Pichincha y el Atacazo.
Durante octubre y noviembre, estas fuentes recibieron precipitaciones por debajo de los niveles normales, lo cual afecta el caudal de las reservas. Por ejemplo, en Papallacta solo cayó el 54% de la lluvia habitual en un octubre promedio, y en La Mica Quito Sur se registró apenas el 28.5%.
Cantidad de lluvia que necesita Quito para preservar sus reservas
Para que las cuencas hídricas de Quito se recuperen a niveles normales, el técnico Rafael Osorio, de Epmaps, considera que se necesitan al menos 10 días consecutivos de lluvias con una precipitación diaria de entre 5 y 10 milímetros.
Sin embargo, la inestabilidad del clima provoca que llueva dos días con poca intensidad y luego haya tres o cuatro días de sequía.
Quito consume más agua de la que necesita
Las altas temperaturas recientes también elevan el consumo de agua en Quito, alcanzando hasta 240 litros diarios por persona, superando los 170 litros habituales y el límite recomendado por la OMS de 100 litros.
Este consumo excesivo hace que los tanques de distribución se vacíen rápidamente, afectando el suministro en las zonas altas de la ciudad, donde el sistema depende de bombas que son vulnerables a cortes de energía.
Epmaps mantiene operativos permanentes para detectar fugas, realizar mantenimiento en las tuberías y mejorar la infraestructura en áreas de alta demanda.
Sin embargo, también exhorta a la ciudadanía a reducir el consumo, especialmente en las zonas bajas, y evitar el desperdicio de agua en solidaridad con los residentes de las zonas altas, donde el suministro es menos constante.
Para garantizar un suministro continuo en el Distrito Metropolitano de Quito, resulta fundamental que todos los habitantes usen el agua de manera racional y responsable.