Los barrios de la parroquia La Mena esquivan al covid-19

Dirigentes barriales de La Mena siembran papas, coles y más en sus 99 chacras. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Dirigentes barriales de La Mena siembran papas, coles y más en sus 99 chacras. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Dirigentes barriales de La Mena siembran papas, coles y más en sus 99 chacras. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO

Lo único que se percibe cuando se llega a Reino de Quito Bajo es el trinar de los pájaros, en medio de una fina capa de niebla. Los habitantes de este barrio de la parroquia La Mena, en el suroeste de la ciudad, saben cómo rehuir al covid-19.

El lugar está a 3 200 msnm y a los pies del parque Metropolitano Chilibulo. Tras casi un año de pandemia “solo hemos reportado dos casos positivos de coronavirus”, se ufana Lenin Carrasco, su presidente.

La Mena, en general, registra 853 positivos pese a estar entre dos parroquias con altas tasas de contagios: Chillogallo, con 7 639 casos, y La Magdalena, con 3 705, hasta el 17 de febrero.

Ese logro ocurre por la colaboración de los 5 800 habitantes de Reino de Quito Bajo, apunta Carrasco. A casi un año de pandemia, sigue vigente el trabajo de los coordinadores de las 14 calles del barrio; se encargan de vigilar la salud de los moradores de su tramo.

También organizan el trabajo comunitario a través de las cajas comunales y huertos que se crearon hace años. Por ejemplo, los horarios para cosechar y sembrar en las 99 chacras de la Asociación Huertos de Vida son escalonados y en grupos.

A las 06:00 solo hay una persona: Ana Vargas, de 64 años y oriunda de Cotopaxi. Cuando la mujer culmina su faena del campo, a las 08:00, entra un grupo de cinco compañeros y así, cada hora, se da el cambio. En los huertos hay papas, coles, hierbas medicinales…

De las fiestas se olvidaron. Hasta su emblemático Carnaval lo dejaron para el 2022. La mayoría de la población viene de las provincias de Chimborazo, Bolívar y Loja. Y todos, dice el dirigente, se conocen.

La conexión diaria con gente “del exterior” se limita a los taxistas de una cooperativa que les brinda el servicio. Y justamente para ese grupo de personas se solicitó una brigada para hacerles las pruebas covid-19. A los moradores, en dos ocasiones (diciembre del 2020 y febrero del 2021), les aplicaron exámenes que resultaron negativos.

No es suerte, menciona el epidemiólogo Daniel Simancas. Pondera el accionar de Reino de Quito Bajo, pues considera que una comunidad resiste el avance del virus si activa una serie de medidas, y aunque no se hagan los rastreos de vigilancia “la población se ve protegida por la disciplina, condiciones sociales y apoyo de las autoridades”.

Otro barrio donde el virus no ha logrado ingresar es Ciudadela Tarqui. Doris Escalante, asambleísta parroquial de La Mena, dice que la comunidad y el Centro de Salud Tarqui activaron estrategias para formar un cerco epidemiológico.

Es por eso que algunos de los 31 barrios de la parroquia, de 50 000 habitantes, tienen pocos casos positivos. El dato es avalado por el Centro de Salud, pues en el 2020 notificó y realizó seguimiento a 115 casos. En lo que va del año suman seis.

La estrategia de los vigilantes comunitarios, quienes identifican a las personas con dolencias y las ayudan, empezó en junio del 2020. Maritza Espinoza, del Comité Ciudadano de Salud, recuerda que en toda la parroquia se sumaron tres personas por barrio; es decir, siguen activas unas 100.

En La Mena, agrega Escalante, se entendió que la emergencia también tiene que ver con un acto de humanidad y se distribuyeron gratuitamente 200 kits medicinales que fortalecen los sistemas inmunológico y respiratorio; contenían sal marina, jengibre, hojas de eucalipto y ajo, entre otros.

También se potenciaron los huertos en espacios donde se acumulaba basura, sobre todo en Vencedores de Pichincha, San Fernando, Ciudadela Tarqui, La Raya, Amazonas y La Biloxi. “Es una terapia para integrar a la comunidad y concienciar sobre la importancia de la alimentación sana para elevar las defensas”.

Se suma el entorno natural que rodea a La Mena. Por eso, sobre todo en Reino de Quito Bajo, todos los fines de semana van al parque Chilibulo a respirar el aire puro del bosque de eucalipto y arrayanes.

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