Los tres hijos de cinco, nueve y 12 años presenciaron el crimen. Irene P., de 30 años y con tres meses de gestación, murió tras recibir tres puñaladas en distintas partes del cuerpo. La Policía busca al esposo como el principal sospechoso.
Este hecho ocurrió cerca de las 18:00 del miércoles 3 de enero del 2018 en la comunidad de Potrerillos, de la parroquia San Vicente, cantón azuayo de El Pan, en el sur del país. Según el relato que hicieron los tres menores a la Policía, el padre intentó matar a toda la familia obligándoles a tomar café con veneno.
Irene P. se habría percatado de esa intensión y eso enfureció al esposo.
Santiago Villa, tío de la fallecida, contó que la pareja vivía mal porque el esposo era muy celoso. “Vivieron tres años separados y regresaron, pero los maltratos no acabaron”.
Ella lo denunció, pero hace poco tiempo también había retirado la demanda. Durante la pelea, la mayor de los niños intentó meterse para proteger a su madre, pero no consiguió salvarla. Los otros dos gritaban desesperados que suelte a su madre y que no le haga daño.
Finalmente, la mujer gravemente herida salió desangrando hasta el patio de la vivienda para escapar y pedir auxilio, pero cayó en el piso muerta. De allí el hombre huyó. Es un crimen cruel, dijo el alcalde de El Pan, Wilson Ramírez. Irene P. trabajaba en el Consejo de Protección de Derechos del Municipio y tenía tres meses de embarazo.
Según el informe del levantamiento del cadáver, la mujer recibió dos puñaladas en el estómago y una en la yugular. La tarde de este jueves 4 de enero se cumplió con la autopsia en el Centro Forense de Cuenca. De allí, el cadáver fue trasladado por los familiares hacia su natal El Pan donde es velado.
El fiscal de Azuay, Adrián Rojas, señaló que el sospechoso es buscado por la Policía. Este es el primer caso del 2018 que se investiga por presunto femicidio en Azuay.