Ana Coronado
Felicito a la Vicepresidenta española por el anteproyecto de la Ley Audiovisual que sólo permitirá ver cine porno de madrugada y en canales de pago, pues puede impedir que tantos niños, con padres irresponsables, accedan a él desde el televisor de su cuarto.
Hoy se sabe que el aumento de violadores menores de edad en el mundo lo causa el consumo de pornografía: su efecto es potente al ser más receptivos a las imágenes.
Solo en Nueva York, en un año, aumentó un 200% las detenciones de violadores menores de 15 años. En la Bretaña francesa, un grupo de 11 muchachos, ocho menores, violaron a una niña de 14 años, durante dos meses y varios pertenecían a familias bien constituidas.
Se averiguó que poseían cintas porno, que pasaban y volvían a pasar y quisieron experimentar lo que allí veían.
Ted Bundy, violador y asesino de 28 mujeres, afirmó: “Esto sucedió gradualmente. Como entusiasta de la pornografía quería ver tipos de materiales cada vez más violentos, más explícitos. Como una droga, me provocaban una excitación insaciable hasta un punto donde la pornografía no podía ir más lejos. Entonces di el salto pensando que pasar al acto te aportaría más que leerlo y observarlo”.
Censuremos la pornografía, sobre todo la que llega vía Internet, por la salud psíquica y moral de la sociedad.