¿Los votantes quieren candidatos que hablen sobre derechos?

Varios activistas hablan de los derechos humanos y del proceso electoral en Ecuador. Foto: Pixabay

Varios activistas hablan de los derechos humanos y del proceso electoral en Ecuador. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Varios activistas hablan de los derechos humanos y del proceso electoral en Ecuador. Foto: Pixabay

Los resultados preliminares de las elecciones de ayer, 7 de febrero del 2021, muestran un país diferente, concuerdan varios activistas de derechos humanos consultados por EL COMERCIO, este lunes 8. Se refieren a aquellas propuestas que incluyen las necesidades de los jóvenes, las diversidades sexogenéricas, las mujeres, los niños, el medioambiente, entre otros temas.

“Los grandes perdedores han sido los que no se pronunciaron sobre estos temas”, sostiene Lorena Bonilla, presidenta de la Fundación Amor y Fortaleza, que trabaja por los derechos de la niñez trans.

En el país, admite la madre de Amada, sí existen problemas graves de seguridad y económicos, “pero no podemos dejar de pensar en las diversidades Lgbti (Lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexo). Los padres cada vez estamos más abiertos. Ya no es solo una cuestión de los chicos, jóvenes o adolescentes sino también de las familias que estamos detrás y queremos un país en donde puedan ejercer sus derechos. No deseamos que sigan siendo tratados como ciudadanos de segunda”.

Para Bonilla, que en el presente proceso electoral se haya hablado de las diversidades sexogenéricas, aunque no en profundidad ni en los planes de gobierno, ha sido un gran avance. “Hace cuatro años nadie se pronunciaba eso. La T (de transgénero) estaba totalmente abandonada”.

Es una alegría, comenta la madre de familia, que la comunidad trans por fin se refleje como un tema que hay que tratar. “Son personas que hasta ahora no pueden acceder a educación o a salud sin discriminación. No podemos vivir en una sociedad con tanta falta de conocimiento”.

El hecho de que las luchas Lgbti se marquen en las agendas de los tomadores de decisiones significa para madres como Lorena “que el día de mañana mi hija pueda subirse a un bus, ir a la universidad y que no se piense que su condición restará en su desenvolvimiento académico”.

Segura de que un cambio es posible, Lorena reflexiona: “ha sido un país conservador, pero ya necesitamos un cambio. Todas las familias o tienen un miembro Lgbti o conocen a alguien de la comunidad. No estamos dispuestos a que sigan sufriendo vulneraciones de derechos”.

El posicionamiento de temas de los que antes no se hablaba da un mensaje contundente a “la vieja forma de hacer política”, opina Soledad Angus, activista por los derechos de las mujeres. “Los políticos tradicionales siempre nos han dicho que hay temas que no hay que tocar y peor dentro de la campaña política, porque son impopulares, que quitan votos, porque somos supuestamente una sociedad conservadora”.

Sin embargo, advierte, la gente está cambiando su mentalidad y se arriesgó a elegir al diferente, "a alguien que habla de frente de los temas que interesan a la ciudadanía". Angus señala que se piensa que los temas de violencia de género o de derechos sexuales y reproductivos son minúsculos con respecto a otros que afectan al país. "Pero la situación de las mujeres no es un tema menor, somos más del 50% de la población y tenemos problemas inmediatos urgentes que no han querido ser atendidos”.

Se refiere, por ejemplo, a la despenalización del aborto para las víctimas de violación, que fue negado en la Asamblea en el 2019. Son temáticas, dice Angus, sobre las que se debe discutir. Por eso enfatiza en la importancia de que el próximo Gobierno los atienda.

“Tendríamos que recordar que el Gobierno de Moreno hizo una reducción muy importante al presupuesto para la prevención de la violencia contra la mujer y a la prevención del embarazo infantil y adolescente”.

Los primeros resultados del proceso electoral muestran que hay un voto de rechazo a quienes son parte del pasado, que incorporaron en su campaña discursos de odio, de radicalismo, recalca el gestor social Wilson Merino. Él dirige la Fundación Cecilia Rivadeneira y un grupo denominado Imparables.

“Demuestran que la gente joven, más allá de necesitar empleo y reactivación económica, también busca progresar en derechos, en la defensa de las minorías, de la naturaleza. La ciudadanía manda a la clase política un mensaje claro: que comiencen a pensar en problemas reales de la gente”.

Muestra de ello también es el triunfo de la consulta antiminera en Azuay, sostiene el activista Felipe Ogaz. “Estamos en los albores de una democracia en la que otros temas empiezan a ser importantes”.

Un país con nuevas demandas, señala, espera de sus gobernantes “la sensibilidad suficiente para entender que esta (la protección de la naturaleza) es una de las más importantes prioridades, sino la más importante”.

Sin una relación armoniosa con la naturaleza, indica, “no tenemos dónde existir. Es demasiado el peso y la violencia con la que actuamos sobre ella, esa relación debe configurar la sociedad y no al revés”.

Ya no se puede dejar de ver, dice Ogaz, y menos con la pandemia, al tema ambiental como uno de los grandes reclamos y necesidades.

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