Andrés Michelena (izq.), gerente de Medios Públicos, realizó un recorrido en la planta de El Telégrafo, en Guayaquil. Foto: Joffre Flores/EL COMERCIO
La meta de los medios públicos, de convertirse en autosustentables en máximo cuatro años, dependerá principalmente de dos factores.
Uno: la actual administración quiere ganarse la confianza de sus lectores, televidentes y radioescuchas, haciendo que los medios sean creíbles.
Dos: se hará una “fortísima y agresiva” estrategia comercial, para que produzcan ingresos y dejen de ser una “carga para el Estado”, tal como señaló Andrés Michelena, gerente general de Medios Públicos, ayer, 20 de julio de 2017.
Se propondrán, por ejemplo, nuevos productos editoriales. Se optimizarán recursos y se dará fuerza a las iniciativas que hasta ahora han sido más rentables, como Editogran, que en el 2016 generó USD 37,4 millones de ingresos.
Se trata de una editora que imprime productos variados, como las revistas y libros de las instituciones gubernamentales, El Telégrafo y publicaciones periódicas especiales como la que se hace para el equipo de fútbol Barcelona SC.
Cada año, el Estado alimenta a El Telégrafo, Andes, El Tiempo, Ecuador TV, Radio Pública, PP Digital y la editorial Editogran con USD 100 millones.
Este espaldarazo económico explica, en buena medida, por qué en sus cuentas generales no hay números rojos. En la última rendición de cuentas, los medios públicos cerraron el 2016 con activos de USD 113,6 millones y pasivos de USD 64,7 millones. Además, con un patrimonio de USD 48,9 millones. El resultado neto a diciembre pasado fue de USD 1,6 millones.
Quien estará al frente de los cambios, desde la gerencia editorial de todos los medios, será Hernán Ramos. Él, economista de profesión, ha forjado más de la mitad de su carrera en medios de comunicación privados. Fue editor general de este Diario. Reemplazará en el cargo a Xavier Lasso.
Ramos reconoció que hay un desafío no solo económico y periodístico sino también ético. “Estamos viviendo un momento especial en la historia política del país; hacer comunicación es una tarea muy compleja”.
Él fue presentado ayer en una rueda de prensa en las instalaciones de El Telégrafo, en Guayaquil. Junto a él estuvo Fernando Larenas, nombrado recientemente como director de ese diario.
Luego de una revisión rápida del equipo y las operaciones en el rotativo, consideró que El Telégrafo funciona bien en el plano periodístico. No obstante, aclaró que le pareció que existe una desproporción entre la cantidad de colaboradores entre Quito y Guayaquil.
“La de Guayaquil es más numerosa si la comparamos con Quito, creo es dos a uno o tres a uno en comparación (…), la redacción debe estar un poquito más equilibrada. No creo que sea el momento para cambiar uno por otro, simplemente si habría que reforzar una redacción tendríamos que hacerlo”.
Larenas se refirió a las críticas que ha recibido, en especial del ala más radical de Alianza País, sobre su designación. Él minimizó los cuestionamientos y recordó que por primera vez trabajará en un medio público. El gran reto es lograr que El Telégrafo sea lo más preciso e incluyente, señaló.
Durante las dos próximas semanas, la prioridad será conocer a detalle las cifras de cada medio y hacer un diagnóstico técnico de sus finanzas y situación operativa. Luego se tomará las decisiones en cuanto a la ruta que se seguirá. Ayer por la mañana se invitó a los medios de comunicación a un recorrido por la planta del diario en el Puerto Principal.
En la actualidad, según el último informe de rendición de cuentas, El Telégrafo circula en 24 provincias. De lunes a sábado pone en la calle 17 000 ejemplares. Los domingos la cifra sube a unos 20 000. No hay cifras sobre su lectoría.
La administración también deberá tomar una decisión sobre los medios incautados como TC Mi Canal y Gamatv. Michelena informó que el futuro de éstos está en manos del presidente Lenín Moreno.
El Mandatario le ha solicitado que él sea su delegado en el manejo. “Hay que hacer un análisis profundo de cada medio de comunicación, ver su estado financiero, ver su estado incluso editorial y obviamente luego de un análisis se tomarán decisiones”.
Un escenario es que puedan ser vendidos, si se encuentra un comprador. La otra posibilidad es que sean absorbidos.