Marcha del Frente Unitario de Trabajadores en contra del gobierno. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
Cerca de las 18:00 de este miércoles, 30 de enero del 2019, la marcha del Frente Unitario de Trabajadores (FUT) llegó a la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de Quito. Los obreros protestaron en contra de las medidas económicas del Gobierno como el aumento en el precio de los combustibles.
La marcha, que agrupó a distintos sectores sindicales, partió a la 16:00 desde los exteriores de la Caja del Seguro, en la avenida 10 de agosto en el centro norte de Quito. El objetivo era caminar a las inmediaciones de la casa de Gobierno, en la Plaza Grande. Pero, sede antes del inicio de la medida, en ese sector se ubicaron policías. Un grupo llevaba canes y se plantó al pie del Palacio Arzobispal. Además, se bloquearon los accesos peatonales.
Cuatro puntos específicos pidió el movimiento obrero. Primero, la derogación total del decreto con el que el presidente Lenín Moreno normó el alza de los precios de los combustibles y la actualización del costo de algunos derivados de manera mensual. El segundo punto, en cambio, es la solicitud de la renuncia de Santiago Cuesta, consejero de Gobierno, por haber planteado la concesión de empresas públicas.
Mesías Tatamuez, dirigente de la Cedocut, aseguró que la concesión no es más que una privatización, lo que tendría consecuencias graves para la economía del país. Más aún -dijo- en el sector de las telecomunicaciones, en donde está el futuro de la economía a nivel mundial.
En tercer lugar plantearon la defensa de la seguridad social. El FUT rechaza que se estén estudiando como posibles medidas de solución de la crisis del IESS el aumento de los años para la jubilación y la reducción de las pensiones, cuando los principales culpables están libres o prófugos. También solicitan la ejecución de la ofrecida “cirugía mayor contra la corrupción”, recuperando los dineros que salieron del país a través de la corrupción.
José Villavicencio, presidente del FUT, explicó que esta fue sólo la primera de muchas movilizaciones. Y que si el Gobierno no escucha sus pedidos se confirmará un frente de resistencia junto a otros sectores sociales como los indígenas, maestros, estudiantes, entre otros, para radicalizar la protesta social en las calles.
A finales de año, los obreros protestaron en contra del alza en el precio de los combustibles. Se autoconvocaron a una convención nacional para el 12 de enero. Y ese día resolvieron marchar ayer en todo el país. Pero ya no son solo los combustibles las razones. Se sumaron los otros pedidos.
Villavicencio no descartó que el movimiento trabajador siga participando en las iniciativas de diálogo nacional del Gobierno, para llegar al denominado acuerdo nacional. Sin embargo, puso varias condiciones para que esto suceda, por ejemplo, pidió la derogación total del decreto con el que el presidente Lenin Moreno normóla actualización en el precio de los combustible, con el que el precio de algunos derivados se cambia cada mes.
También pidió un compromiso por escrito del Primer Mandatario para que no se concesione ninguna empresa pública, caso contrario – dijo- no participarán más en las mesas de diálogo del Régimen y se radicalizarán las protestas en las calles en su contra. Por ejemplo, seguirán en alianzas con el movimiento indígena que se movilizó a inicios de semana en carreteras de la provincia de Pihincha y también de la zona rural de Cotopaxi.
De la movilización de ayer, en Quito, también participaron otros sectores sociales y políticos como el movimiento Pachakutik. También acudió la dirigencia de Unidad Popular, de la Unión Nacional de Educadores, entre otros. Así como dirigentes políticos como Enrique Ayala Mora, Gustavo Terán, Jorge Rodríguez, Blanca Chancoso y María Arboleda.