Este miércoles 6 de noviembre, Donald Trump fue elegido como presidente de Estados Unidos. Ante este escenario, la administración de Daniel Noboa debe evaluar cómo mantener una relación cercana con el país norteamericano.
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Alberto Feijoo, docente de ciencias políticas y relaciones internacionales de la IUDE, es escéptico sobre los beneficios que Ecuador podría obtener de esta relación.
Según Feijoo, la política de Trump hacia la región prioriza exclusivamente los intereses estadounidenses, dejando a países como Ecuador en una posición vulnerable y dependiente. “El Sur global no es más que una ilusión”, afirma el académico, quien considera que Ecuador y el resto de América Latina están sujetos a la buena voluntad del imperio norteamericano.
Esta dependencia se agudizaría bajo el enfoque proteccionista de Trump, que ha demostrado poca disposición para apoyar intereses externos si no benefician a Estados Unidos de forma directa.
Feijoo alerta sobre la incertidumbre que representa la administración Trump para la región. El docente enfatiza que Ecuador no puede permitirse perder el respaldo en seguridad y desarrollo que ha cultivado con Estados Unidos.
Asimismo, reconoce que las necesidades ecuatorianas en temas como migración y desarrollo pueden no recibir la atención que requieren. En su análisis, Feijoo considera que Ecuador deberá estar en capacidad de resolver estos asuntos de forma autónoma, si busca condiciones de negociación más justas.
Pablo Rosales, analista político, interpreta el temprano apoyo de Noboa hacia Trump como un gesto pragmático, que podría facilitar el diálogo entre ambas administraciones. No obstante, el analista advierte que esta alineación debe manejarse cuidadosamente para evitar un compromiso excesivo de la autonomía ecuatoriana.
Para Rosales, Trump suele ser selectivo con sus alianzas, por lo que la cercanía de Noboa podría generar beneficios a corto plazo. Sin embargo, si esta política exterior se torna demasiado sesgada, podría dificultar la relación de Ecuador con otros socios tradicionales en la región y en el ámbito internacional.
Donald Trump y la tensión en la política interna de Ecuador
La afinidad entre Noboa y Trump podría ser una fuente de divisiones en Ecuador. Feijoo, crítico hacia Noboa, señala que el presidente ecuatoriano, a quien describe como ‘populista’, podría fortalecer las relaciones diplomáticas, aunque siempre bajo la sombra de la influencia estadounidense.
El académico sugiere que esta cercanía podría polarizar a la sociedad ecuatoriana, en especial si la política exterior de Noboa se percibe como un alineamiento incuestionable hacia los intereses de Estados Unidos, sin aportar beneficios claros para Ecuador.
Por su parte, José Baquero, docente de relaciones internacionales, también cuestiona los posibles efectos de esta cercanía. Para Baquero, el apoyo temprano de Noboa podría interpretarse como una postura menos crítica hacia Estados Unidos, en un intento de mantener una relación fluida a pesar de las condiciones desiguales que Trump tiende a imponer.
Baquero advierte que esta postura puede limitar la capacidad de Ecuador para negociar en sus propios términos. Ya que Trump, en su enfoque de ‘América Primero‘, prioriza acuerdos que favorezcan exclusivamente a Estados Unidos.
Además, Feijoo señala movimientos en el ámbito diplomático de Ecuador que parecen alinearse con esta nueva postura hacia Estados Unidos. Uno de estos es la reciente remoción de Ivonne Baki de su cargo en Francia, con posibles planes de reubicación en Washington.
Según Feijoo, esta decisión podría interpretarse como un intento de Noboa de fortalecer la relación con Trump desde el inicio de su mandato, buscando asegurar una posición estratégica en la embajada ecuatoriana en Estados Unidos.
Desafíos y perspectivas futuras
A largo plazo, Feijoo considera que Ecuador y América Latina permanecerán bajo la influencia de decisiones unilaterales por parte de Estados Unidos, y su margen de negociación seguirá supeditado a los proyectos y convenios que la administración norteamericana decida impulsar.
El docente destaca que temas como la migración y la cooperación para el desarrollo deberían ser prioritarios para Ecuador. Aunque duda que Trump dedique tiempo o recursos para abordar estos asuntos de manera integral.
Rosales concluye que la estrategia de Noboa debe encontrar un equilibrio para mantener buenas relaciones con Estados Unidos, sin comprometer la soberanía del país.