En términos matemáticos, el 66% del total de candidatos inscritos para estas elecciones (27 895) busca llegar a uno de los 4 079 escaños de las juntas parroquiales rurales.
Sin embargo, en términos políticos y administrativos, la fuerza de la junta es casi imperceptible si se la compara con la de un alcalde o de un prefecto.
Una parroquia rural es el espacio más pequeño en la división político-territorial del Ecuador. Y, en teoría, las juntas que las rigen son las células de cualquier partido o movimiento. Pero la realidad por la que estas atraviesan es distinta.
Este Diario visitó cuatro juntas parroquiales en Manabí, Guayas, Pichincha y Pastaza, para conocer cómo trabajan sus integrantes (cada junta tiene 5 miembros) y si el papel político pesa más que su gestión en el desarrollo de las obras.
La Junta de Tumbaco
Paulino Barrionuevo preside la Junta Parroquial de Tumbaco (Pichincha). Es de Alianza País desde el 2010 y junto a sus colaboradores trabajan en 73 barrios de esta parroquia.
Se han enfocado en mejorar las instalaciones del Mercado Central, y también en llevar a la justicia sus reclamos por la supuesta contaminación con arsénico del agua para el consumo de esa colectividad.
“Para nosotros la simple vanidad de ser candidato está es segundo plano, hemos exigido los derechos de la población”.
Sonia Veloz, propietaria del negocio Crédito de la Torre, cree que la Junta no solo debe enfocarse en el desarrollo de obras sino de liderar políticamente a sus habitantes.
No es una tarea fácil -señala Barrionuevo- puesto las asignaciones presupuestarias (USD 380 000 por año) no son suficientes. Tumbaco requiere de servicios sanitarios, puentes peatonales y demás obras.
14 años en Santa Marianita
El enclave marino de Santa Marianita, zona rural de Manta (Manabí) tiene como presidente de la Junta a Lenin Valencia. Llegó hace 18 años a este lugar, que posee una de las playas más visitadas de la provincia.
Valencia es dirigente desde hace 14 años (planteó la parroquialización de Santa Marianita). La política corre por sus venas. Comenzó con el PSC, pero ahora está identificado con Alianza País y nuevamente quiere la reelección. En estos días de campaña, hay movimiento de maquinarias y obreros en la zona.
Él reconoce que la política es clave para la gestión de una junta. “Para lograr las obras, hemos trabajado junto al Alcalde de Manta y al Prefecto de Manabí. El apoyo de estas entidades es neurálgico”.
En Tarqui falta liderazgo
El centro de Tarqui (Puyo, Pastaza) se recorre en cinco minutos. Tiene un parque central y en sus alrededores se levantan unas 60 viviendas. Allí viven 1 000 de los 3 000 habitantes. La parroquia tiene 20 comunidades.
Hace cinco años, Jaime Morales, dirige la Junta Parroquial. Ingresó a la política apoyado por sus vecinos y familiares.
Este productor de caña se postuló con el desaparecido Movimiento Municipalista. Sin embargo, la falta de recursos económicos le impidió llegar con la obra de vialidad, agua potable y alcantarillado a todos los sectores.
Dice que los USD 180 000 de presupuesto anual no son suficientes para atender las demandas de la población.
Por eso Morales ha priorizado su trabajo en los proyectos de captación de agua para entregarla a las comunidades, la construcción de baterías sanitarias, comedores y de proyecto de producción avícola.
Julio Gómez, quien habita en Tarqui hace 22 años, cuenta que Morales no es una persona dedicada a la actividad política, y eso le perjudicó. “Le ha faltado más peso para exigir más obras al Municipio”.
Lo que está pendiente en Juan Bautista Aguirre
Solo la calle principal de la parroquia Juan Bautista Aguirre (Daule, Guayaquil) está adoquinada. El resto de los caminos es piedra y lodo.
Para Édgar Duarte, presidente de la Junta Parroquial, el presupuesto no es suficiente como para hacer las obras que “el Municipio del cantón” no hace. En la parroquia viven unas 120 000 personas, entre ellos 375 con discapacidad. No hay alcantarillado, agua potable ni canales de riego.
Para quienes integran la Junta, el Cabildo los ha abandonado. Dicen que cada vez que van en busca de su ayuda, no reciben respuesta. Las funciones que tiene esta institución es construir parques, hacer convenios con los ministerios y gestionar obras. Esto porque el presupuesto de USD 180 000 no les alcanza.
En contexto Este 23 de febrero, 18 500 ciudadanos se inscribieron para captar uno de los 4 079 escaños en las juntas parroquiales rurales. Su trabajo debe estar coordinado por las prefecturas y las alcaldías de los cantones a los cuales pertenecen.