El vicepresidente del CNE, Enrique Pita, durante el último plenario virtual del CNE. Foto: Cortesía CNE
Antes de responder, Enrique Pita se toma unos segundos. El vicepresidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) dice que no quiere ser “tan duro” en evaluar el trabajo de este organismo, que solo se ha reunido dos veces en los últimos 49 días de confinamiento.
“Estamos retrasados, definitivamente”, dice luego de unos segundos y creer que encontró “la expresión correcta” para el balance. “Creo que nos hemos atrasado significativamente de tomar decisiones importantes respecto al próximo proceso electoral”, añade.
A nueve meses de la fecha prevista para las elecciones generales (7 de febrero 2021), el organismo aún no define el presupuesto y otros elementos clave para este proceso.
Desde que el 16 de marzo el Ejecutivo decretó el estado de excepción por la pandemia del covid-19, las cinco autoridades del CNE son las que menos han sesionado a través de mecanismos como las videoconferencias, a las cuales recurrieron otras funciones por la cuarentena.
A la última, que se dio el 29 de abril, acudieron los consejeros José Cabrera y Esthela Acero con la presidenta del organismo, Diana Atamaint. Pita y el consejero Luis Verdesoto se excusaron. Allí se analizaron alternativas tecnológicas de votación para el 2021.
El reglamento para las sesiones virtuales fue aprobado el 24 de abril pasado. La decisión se tomó por unanimidad, aunque Acero no acudió al Pleno. Las delegaciones electorales permanecen cerradas.
Una de las primeras funciones en acogerse a las videoconferencias para sesionar fue la Asamblea. En lo que va de la emergencia, el Pleno ha sido convocado por 11 ocasiones y dos leyes han ido al Registro Oficial.
Las comisiones sesionan casi a diario, a diferencia de lo que acostumbraban en el Palacio Legislativo, cuando solo lo hacían de martes a jueves. En el primer mes de la emergencia hubo 69 reuniones virtuales para comparecencias o análisis de leyes. Los legisladores despachan desde sus hogares.
Sin embargo, el presidente de esta Función, César Litardo (AP), ya empieza a tener presiones de los parlamentarios para volver al hemiciclo. Wilma Andrade (ID) cree que la modalidad adoptada durante la cuarentena limita la búsqueda de consensos.
“Cuando uno está en el debate, más allá de la presentación y la exposición que uno haga es la posibilidad del diálogo, de acercarse a las diferentes bancadas, de parlamentar, de ir a una y otra curul, de escuchar y saber consensuar. Eso es lo que más se extraña, no es lo mismo por teléfono”, dice Wilma Andrade.
En medio de la primera discusión de la Ley de Apoyo Humanitario, el viernes pasado, el socialcristiano Esteban Torres demandó que “al menos para la votación y segundo debate” de este proyecto se organice una sesión presencial del Pleno.
“Esta Asamblea debe sesionar presencialmente, con cuidado y protección, pero sin miedo y dando el ejemplo”, señaló Torres. El Municipio de Quito decidió extender la cuarentena hasta el próximo 31 de mayo.
Litardo no respondió al pedido de Torres, que también lo han hecho otros como Guillermo Celi (Suma). La modalidad adoptada por el Parlamento les permite a los asambleístas tener acceso remoto a sus curules para las votaciones.
Otras instituciones como el Consejo de la Judicatura o la Corte Constitucional sesionan virtualmente, al menos una vez por semana. La CC ha realizado un seguimiento exhaustivo del estado de excepción decretado por el Ejecutivo, mientras que el Pleno del Consejo de Participación tuvo cinco convocatorias entre el 30 de marzo y el 27 de abril.
Atamaint tiene previsto convocar al Pleno del CNE esta semana, lo que sería la la tercera sesión en lo la emergencia. En el cronograma se tenía programado iniciar con la campaña de cambio de domicilios el 5 de mayo. El plan se definió 5 días antes de la emergencia sanitaria y no tomó en cuenta las medidas de confinamiento y distanciamiento social por el covid-19.
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