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Eduardo Arcos: ‘Me parece peligroso patentar un símbolo que es de los ciudadanos’

Uno de los conferencistas del CampusParty. Eduardo Arcos, guayaquileño, es considerado el gurú del hipertexto.

Uno de los conferencistas del CampusParty. Eduardo Arcos, guayaquileño, es considerado el gurú del hipertexto.

Eduardo Arcos  dio el alerta sobre la intención del Gobierno  de registrar ‘30S’ y  ‘30-S’ como marcas. Cree que el hecho pone en peligro la libertad de expresión.

¿A quién le pertenece el término “30S” o “30-S”?

A nadie y a todos. Aquella mañana del 30 de septiembre del 2010 mucha gente tuiteaba lo que estaba ocurriendo en Quito. Yo acá, desde Madrid, me di cuenta que la gente ponía ‘hashtag’ (etiquetas temáticas) muy largas y que eso impedía que en 140 caracteres pudieran informar más. Entonces se me ocurrió poner el ‘hashtag’ 30S para que me retuitearan los 120 mil seguidores que tengo.

¿Su ‘hashtag’ fue “30-S” o “30S”?

Fue “30S” y se adaptó inmediatamente. Me satisfizo mucho que así sucediera porque la mayoría de los tuiteros lo asumieron y la información fluyó mucho mejor. Poquito a poco se fue viendo cómo la gran mayoría de ecuatorianos empezó a hablar del “30S”.

¿Incluidos los medios del Gobierno?

Imagínese que hasta los medios del Gobierno lo empezaron a usar cuando se decretó el estado de excepción y la cadena nacional. Eso lo anunciaron en un tuit usando el ‘hashtag’“30S” porque la gran mayoría de tuiteros lo estaba haciendo.

¿Le molesta que ahora el Gobierno quiera patentar el “30S” como marca oficial?

No me molesta que sea el Gobierno, porque no tengo una posición política clara sobre un Régimen que está lejos. Pero me dio mucho gusto que los ecuatorianos adoptaran mi ‘hashtag’ y, por eso mismo, ahora me molesta que cualquier persona u organización civil o estatal quiera registrarlo como suyo. Este tipo de símbolo no le pertenece a nadie, pertenece a todos y, por lo tanto, nadie debería asumirlo como propio y, peor, tratar de patentarlo como marca.

¿Le parece una decisión equívoca del Régimen?

Me parece una decisión incorrecta.

Cuando usted dice que nadie debería asumir como propio el término “30S”, va más allá del concepto y está hablando de la sociedad y de los ciudadanos, ¿sí?

Exactamente. Lo que algunos parecen no darse cuenta es que el “30S” marca un antes y un después para toda la sociedad ecuatoriana.

¿Habla de un antes y un después político?

Un antes y un después en la comunicación masiva, en la posibilidad de que podamos decir todo lo que tenemos que decir con plena conciencia de lo que decimos, en la posibilidad de entender, por fin, que Internet y las redes sociales son esenciales para expresarnos con entera libertad y difundir la información.

¿Quiere decir que la sociedad debe valorar la trascendencia de usar las redes sociales para expresarse políticamente y generar conciencia ciudadana?

Sí, quiero decir que la sociedad no debe quedarse en los contenidos superficiales o personales, que debe entender lo esencial que son las redes sociales para la libertad de expresión.

Hay mucha gente que usa Twitter y Facebook para frivolidades…

No está mal que lo hagan, pero hay que entender que las redes sociales no solo sirven para conocer amigos o subir fotos personales, sino, sobre todo, para conocer la información en tiempo real y que el mundo se entere de lo que está pasando.

¿Significa eso que el poder político ya entiende esa importancia y por eso quiere patentar el “30S”?

Si el Gobierno quiere registrarlo como marca y ejercer algún tipo de poder sobre la marca me parece un hecho peligroso.

¿Por qué le parece un hecho peligroso?

No digo que vaya a ser así. Sin embargo, podría ser un precedente para ejercer algún tipo de censura o coartar la libertad de expresión. Supongo que si patentan la marca y mañana alguien decide utilizar el “30S” para algo que no le gusta al Gobierno, este puede aplicar todo el peso legal contra quien lo usa.

Entonces, ¿no es inocente la cuestión de la propiedad intelectual? ¿Quizás existiría la intencionalidad de intimidar o silenciar a los que en el futuro quieran hablar sobre ese episodio?

No lo sé yo. Eso habría que preguntarle a ellos, a la gente del Gobierno.

Por ejemplo, ¿evitar que en la campaña electoral del próximo año los adversarios y los críticos del Gobierno puedan usar el “30S”?

No conozco las motivaciones gubernamentales porque yo no lo he hablado con ellos. Pero queda claro, según los argumentos oficiales que he leído en la prensa, que si registran el “30S” como marca y no les gusta la manera en que otros la usen, pueden iniciar acciones legales contra ellos.

¿Usted ha reclamado ante el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) la autoría del concepto “30S”?

No, no lo he hecho. Imagínese, yo vivo en Madrid y estoy muy lejos del Ecuador. Entonces, cualquier aspecto legal que yo hubiera querido iniciar se volvía muy complejo: contratar un abogado en Quito, darle los poderes, enviar la documentación por DHL o Fedex, esperar la respuesta, ¡uf!

Además, según lo que usted dice, ni siquiera le pertenece a usted, sino a la sociedad ecuatoriana…

Eso quiero que quede muy claro. El concepto “30S” es de los ciudadanos y ningún político, sea del oficialismo o de la oposición, debe apropiárselo. El tema es que el “30S” pueda usarlo cualquier persona en cualquier circunstancia y con entera libertad. Incluso pongámonos en el escenario de que el Gobierno quiera usarlo con las mejores intenciones. Que lo haga, pero sin patentarlo, porque no le pertenece.

La explicación oficial dice que la solicitud de patentar el “30S” no implica que las marcas no pueden ser usadas por cualquier persona para fines informativos o identificativos, “siempre y cuando su uso sea de buena fe y no persiga fines comerciales y no se haga a título de marca”?

Exactamente. “Siempre y cuando su uso sea de buena fe”, por lo tanto si ellos son dueños de la marca nosotros estaríamos sujetos a la opinión y al criterio del Gobierno en cuanto a que ellos consideren lo que significa buena fe o mala fe.

¿El concepto de buena fe es subjetivo?

Es absolutamente interpretable y eso hace que todos nosotros estemos sujetos a la opinión y a la calificación del dueño de la marca.

¿Y la gente perdería la libertad de expresarse en relación con el “30S”?

La libertad de expresión es una autoridad moral particular y no puede estar sujeta a un entendimiento moral político.

Entonces, ¿usted considera que está en juego la libertad de expresión?

No puedo decirlo porque no sé lo que ellos estén pensando. Si mañana nos dijeran “tenemos la marca pero la gente puede hacer lo que quiera con ella” sería muy bueno, pero el problema es que hay cosas que no están claras detrás de la solicitud.

¿Los ciudadanos pueden o deben hacer algo frente a este hecho?

Hay que presionar no desde la política ni desde la oposición, sino desde la ciudadanía y la sociedad. Presionar al IEPI para que no deje pasar eso.

¿Y presionar al Gobierno también?

Presionarlo para que nos diga realmente cuáles son sus motivaciones de fondo, para que los ciudadanos tengamos claro de qué se trata. Hay que saber si realmente la libertad de expresión está en juego detrás de ese pedido.

¿El poder político intenta apropiarse de algo que nació desde la sociedad?

Ellos dicen que quieren proteger el concepto “30S” para que nadie haga mal uso de él, pero la simple decisión de querer registrarlo sentará un mal precedente, incluso para cualquier hecho, positivo o negativo, que pudiera suceder después. El poder es tentador.

¿Cómo debió proceder el Gobierno para evitar esta polémica?

Debió ponerlo sobre la mesa de discusión de la sociedad antes de enviarlo al IEPI. Por mi trabajo, yo estoy muy involucrado en temas de propiedad intelectual y siempre, antes de proceder con un pedido que afecta a muchas personas, se abre un largo proceso de discusión donde uno puede estar a favor o en contra.

¿Ese debate debió generar el Régimen?

Los ciudadanos debieron manifestar su apoyo o descontento con total libertad antes de que se oficialice el pedido.

¿Esa hubiera sido una actitud democrática?

Por supuesto. Y como ecuatoriano, me habría encantado. Si es un concepto tan usado por la gente, el Gobierno debió preguntar a los ciudadanos.

¿Y sobre la intención de patentar la frase “Prohibido olvidar”, que es la letra de una canción del panameño Rubén Blades?

Eso me parece ridículo.

Y, casualmente, la canción defiende la libertad de expresión…

Espero que el IEPI analice con serenidad y profesionalismo todo este debate.

En España se habla del 11M (el atentado a los trenes en Madrid) y en Estados Unidos del 11S (el ataque a las Torres Gemelas). ¿Alguien patentó esos conceptos?

No, y no se los permitirían…

¿Quiénes no lo permitirían?

Los organismos de propiedad intelectual de estos países.

¿En España cualquier ciudadano puede hablar, escribir u opinar sobre el 11M?

Por supuesto.

¿Y a nadie se le ha ocurrido decir usted no puede hablar porque es una “marca oficial”?

No, nunca.

¿Cuál es la lección que los ecuatorianos deben sacar de todo este debate?

Lo esencial es que, a partir del “30S”, los ecuatorianos sepamos el poder que tienen las redes sociales. Es un primer gran paso para usar la red como una herramienta de reflexión colectiva y de protesta masiva, como ocurrió acá en España con los “indignados” o en Wall Street con los “ocupantes”.

¿Qué ganaremos con eso?

Que la sociedad tenga más luz y que nos escuchen.

HOJA DE VIDA
Eduardo Arcos
Experiencia.  Guayaquileño,   1978. Vive en Madrid, España.  Dirige  Hipertextual,  una  emblemática empresa mundial de internet, y es consultor y asesor de empresas.    En  1999 creó  el  blog edarcos.com y está en  Twitter como  @earcos, con  120 000 seguidores.