Por fuera de totales, de sumas y de divisiones, a las que obliga el sistema electoral del país, el escenario político que tendrá el próximo Concejo Metropolitano se vuelve complejo. Y lo será porque, por primera vez, funcionará un cuerpo colegiado con 21 ediles, que se distribuirán en dos fuerzas políticas, seguramente.
Los datos que se mostraban en la página web del Consejo Nacional Electoral (CNE), hasta las 17:35 de ayer, 25 de febrero, indicaban, inicialmente, esa tendencia. Alianza País y la alianza SUMA-Vive. Probabilidades de que la organización política oficialista tenga mayoría (11 ediles) no se descartan. Tampoco lo hace el alcalde electo, Mauricio Rodas. En su visita a Grupo EL COMERCIO, dijo sentirse bastante positivo por el número de escaños que obtendrá una vez que se tengan los resultados definitivos.
Pero, en caso de que no sea así, el próximo Alcalde habló de que espera la colaboración de todos para seguir con proyectos de la ciudad y del Distrito. El escenario está por verse.
Conservar o reformar la estructura del Concejo, que ahora tiene 15 comisiones, será una de las primeras acciones que reflejarán esta correlación de fuerzas o una voluntad conjunta de trabajar por la ciudad.
Hay decisiones importantes para la ciudad que no solo quedan en las manos del Alcalde, sino también en las de los ediles, que estarán en funciones desde el 14 de mayo. Temas como el proyecto de revitalización en el Centro Histórico (ejecutado por el Gobierno Nacional) requieren de la anuencia de este cuerpo colegiado.
También se suman a la lista los procesos licitatorios importantes como lo es la construcción del túnel del metro, de sus estructuras y de los coches que son parte de este sistema de transporte. Es vital por su incidencia social y los montos que se invertirán.
Además están acciones y decisiones relacionadas con la aprobación de los presupuestos generales del Distrito, con el uso de bienes públicos o con la reglamentación del transporte público y privado.
La exconcejala Wilma Andrade se refiere a este escenario. Señala que primero está el fortalecimiento de las comisiones. Esto es necesario porque, a su juicio, en la actualidad hay comisiones de tres miembros, que no logran reunirse porque algún concejal falta y no se pueden tratar los temas.
Andrade enfatiza que las dos fuerzas políticas que predominen en el Concejo deberán tener un objetivo común más allá de las tiendas partidistas: el bienestar de Quito. “Todos los quiteños estaremos expectantes de que la actitud de los concejales de una línea contraria al Alcalde electo sea de colaboración, apoyo y participación activa”, dice.
Nuevos actores, y de peso
Seis son los nuevos actores políticos que ingresan a la cancha edilicia. Son aquellos que, en conjunto, representan a las 33 parroquias rurales del Distrito Metropolitano. Es la primera vez que estas jurisdicciones alcanzan este protagonismo político que se puede traducir en obras importantes para su desarrollo.
De los primeros resultados en la página web del CNE, la tendencia Alianza País y SUMA-Vive se mantiene, pero es mucho más estrecha con relación a los otros partidos y movimientos.
El as en la manga pudiera estar en la participación que tengan para la conformación de la mayoría en el interior del Concejo Metropolitano. La agenda de las parroquias rurales es muy distinta a la de las zonas urbanas. Ante esto, Andrade advierte que los concejales rurales tendrán un papel fundamental, al ser ellos los encargados de transmitir las necesidades de las parroquias.
Sin embargo, reconoce, que no deben dejar de lado la visión macro de la ciudad y del Distrito y, por ende, de sus necesidades y proyecciones.
Iguales expectativas las tiene Jorge Proaño, morador del valle de Los Chillos, quien reconoce que ya era hora de que exista alguien que los represente en el Concejo, de forma directa. Pero, también, no descarta una fiscalización al trabajo que harán por las parroquias.
El escenario se aclarará en las próximas horas. La palabra y la acción las tendrán los 21 ediles que conformarán el Concejo Metropolitano para los próximos cinco años.
En contexto
La convivencia de un Alcalde de una tendencia política con un concejo mayoritariamente de otra tienda u orientación políticas es parte del juego democrático. Pero está claro que de lo que hagan o dejen de hacer incidirá directamente en la vida de los quiteños.
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