Como si la crisis en la Asamblea Nacional y los problemas en el país, como la inseguridad, no fueran suficientes para la compleja gobernabilidad del presidente Guillermo Lasso, esta semana sufrió una baja casi en grupo, dentro de su Gabinete. Cuatro ministros salieron en 48 horas días, a pocos días del primer año de gestión, el 24 de mayo.
El 26 de abril presentó su renuncia Luis Hernández. Dejó el cargo de ministro de Defensa. Poco más de seis meses duró al frente de la institución castrense, cuestionada tras el caso de ‘Don Naza’. El General en servicio pasivo, Luis Lara, fue posesionado en reemplazo de Hernández. El primer ministro en este ramo, en el Gobierno de Lasso, fue Fernando Donoso.
“La seguridad nacional hasta ahora está abandonada, sin cabeza. Vamos de tumbo en tumbo”, cuestionó el general Paco Moncayo. La estructura de seguridad del Estado es “deficiente”, hay un Gabinete sin capacidades para planificar.
El 27, en cambio, Juan Carlos Bermeo renunció a la cartera de Energía. Con eso, se abstuvo de comparecer ante la Comisión de Biodiversidad de la Asamblea Nacional. Estaba convocado para informar sobre casos de contaminación ambiental. Fue titular de Energía desde el 2 de junio de 2021.
Sin dos ministros en un día
El 28 de abril, dos funcionarios dejaron sus puestos con renuncias irrevocables. Bernarda Ordóñez decidió abandonar la Secretaría de Derechos Humanos. Fue designada el 26 de abril de 2021.
En una carta al Presidente, Ordóñez explicó que renunció porque no coincide con “la nueva visión planteada por el Gobierno Nacional”. Por “lo ocurrido el 8 de marzo (represión policial a mujeres), el manejo de la crisis penitenciaria y el silencio ante los repudiables hechos de violencia, especialmente de niños, niñas y mujeres, solventa este sentir”, argumentó.
Pedro Álava renunció al Ministerio de Agricultura. En el cargo “deposité todas mis energías y conocimiento para cumplir con su política a favor del pequeño campesino”, señaló el exfuncionario.
La gestión de Álava fue cuestionada por representantes de varios sectores de productores. El gremio bananero fue el más crítico, tras la crisis que enfrentan en la comercialización de la fruta. Antes de las mesas de diálogo con el Ministro del Gobierno, habían intentado ser escuchados por Álava.
Dos posibilidades
Para Alfredo Espinosa, analista político, estas renuncias pueden interpretarse en dos sentidos. Puede ser visto como un proceso interno de oxigenación, por parte del Régimen. O pueden responder a desacuerdos en el manejo de políticas públicas, como en el caso de Ordóñez. Esto evidencia un “desgrane” del Gobierno por “problemas mucho más estructurales”, evaluó.
Las renuncias continuarán porque “el Presidente es el principal contradictor de su propio plan de Gobierno, ese es el problema”, concluyó.