En el colegio Central Técnico, en el norte de Quito, los observadores de los dos movimientos políticos vigilaban el conteo de votos. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
A las 17:00 se sellaron los ingresos a las 64 juntas receptoras del voto de la Academia Pedro Travesari, uno de los recintos electorales más grandes de Quito, ubicado en Chillogallo.
Quito: El conteo de votos fue vigilado para evitar cualquier fraude
En el acceso a las aulas de clase se colocaron cintas adhesivas con el logo del Consejo Nacional Electoral (CNE). Ese plástico transparente servía para delimitar los espacios. En las aulas solo podían estar los miembros de las mesas electorales. Al otro lado de la cinta se encontraban los observadores contratados por los movimientos Unión por la Esperanza, de Andrés Arauz, y Creo, de Guillermo Lasso.
Unos minutos antes de las 17:00, los observadores se ubicaron en cada mesa. Por Unes había 63 personas y por Creo 64, uno por cada mesa.
En la junta 004, en donde sufragaron ciudadanos cuyos apellidos van desde Álvarez hasta Andrade, una joven vestida con un traje blanco de bioseguridad fue la encargada de abrir el ánfora que contenía los votos. Su labor era desdoblar cada papeleta, exhibirla a los observadores y pronunciar en voz alta los resultados.
En cambio, la tarea de los observadores era: “evitar que el otro partido haga fraude”, explicó Carla Román, coordinadora de los observadores de Unión por la Esperanza.
En términos concretos, debían mirar, anotar los resultados, tomar foto del acta y entregar los resultados a una coordinadora.
Así, con las reglas claras, el conteo comenzó. La chica del traje blanco tomó la primera papeleta y se escuchó: “Lasso”. Volvió a repetir el procedimiento: “Lasso”, se oyó. El tercer voto fue para Arauz.
Así, conforme avanzaba, asomaron los votos blancos, los nulos y los inentendibles. En esos casos, la joven que hacía el conteo evitaba pronunciarse a favor o en contra de algún candidato. Y antes de dirimir los resultados pedía la asistencia de una delegada del CNE. Entre las dos descifraban cuál era el resultado.
A las 18:03, la joven sacó la última papeleta. Los resultados fueron: 278 votos. De estos 6 en blanco y 46 nulos; 167 por Lasso y 59 por Arauz.
Manabí: Los veedores tuvieron más trabajo en esta contienda
La gobernación de Manabí alertó sobre una presunta intención de voto fraudulento en la provincia. Esto obligó a que se reforzara el control de las Fuerzas Armadas, la Policía y los observadores políticos en cantones como Portoviejo, Montecristi, Chone, Paján y Jipijapa, en los cuales había temor.
Esa crispación puso de relieve el trabajo de vigilancia de los veedores de los partidos políticos. Milton Días, director provincial del Movimiento Creo, indicó que esa organización política desplegó 5 000 veedores en toda la provincia y rechazó pretensiones de personas que buscaron votar usando cédulas de las personas que fallecieron en el cantón Paján.
En el recinto electoral de la unidad educativa Olmedo, las 23 mesas tenían al menos un veedor por cada una. Luis Cervantes, coordinador de Creo, indicó que decidieron extremar el control en la segunda vuelta electoral. “Hemos puesto más énfasis, aumentado el número de veedores y capacitando mejor”, dijo.
Fran Cobeña (izq.), Yesminia Solórzano y Rossana Saltos, veedores de Creo, con Luis Cervantes, coordinador de veedores de Creo en el colegio Olmedo de Portoviejo. Foto: Alexander García/ EL COMERCIO
Nexar Veliz, coordinador de la alianza Unes en el colegio Olmedo, indicó que el movimiento le apuntó a tener cobertura en las 3 745 juntas provinciales. “Por cada cuatro veedores tenemos una quinta persona para colaborar con el grupo y cuidar a toda costa el voto. Cada veedor debe entregarnos la copia del acta de su mesa, al final del proceso”.
En Manabí se empadronaron 1 239 519 ciudadanos. Se trata de la tercera provincia más poblada del país después de Guayas y Pichincha, un territorio tradicionalmente clave en las elecciones presidenciales del país.
En Manabí cinco personas fueron detenidas por falso sufragio o suplantación de identidad en la votación. Maricela Marriott, presidenta de la Junta Electoral de Manabí, informó que cuatro de los detenidos son miembros de juntas receptoras del voto, quienes intentaron votar a nombre de familiares. El artículo 333 del Código Integral Penal sanciona con prisión de uno a tres años a la persona que se presente a votar con nombre supuesto o vote dos veces.