Pedidos para traer a pescadores presos por droga se multiplican

Los detenidos en otros países trabajaban en este puerto de Esmeraldas. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Un corrido mexicano suena en el fondo de la esquina de un barrio ubicado en la ribera del río Esmeraldas. La canción se llama El Patrón. Ese género musical se ha popularizado desde hace tres años en estos sectores.
Mientras unos celebran por una “vuelta redonda”, cuando se refieren a que alguien logró entregar la droga en el exterior, una mujer de 42 años busca cómo traer a su hijo de 21 años que está detenido en Estados Unidos.
Los testimonios son casi similares. Son esposas, hijos, hermanos o tíos quienes aseguran que sus parientes eran pescadores, pero que de un momento a otro fueron llevados a cárceles del extranjero por casos de drogas.
Ayer, 23 de febrero del 2016, este Diario reveló que unos 300 pescadores artesanales de cinco provincias están encerrados en EE.UU., Guatemala y Colombia.
¿Qué se hace por ellos? El 19 de diciembre de 2015 hubo una reunión entre pescadores y asambleístas que representan a los migrantes de Ecuador en EE.UU. y Canadá. Allí, las esposas de los pescadores presos en la primera de esas naciones pidieron que se trabaje en la extradición de ellos.
Hace cuatro meses, también pidieron a la Gobernación de Esmeraldas para que se les extradite. La solicitud continúa en análisis.
Pero ya en el 2013 hubo encuentros entre el sector pesquero, Capitanía de Puerto y el Consulado de Colombia. La idea era que se libere a los detenidos, pero el cónsul de aquel entonces, Franciscos Peláez, remitió el pedido a su país, sin tener respuesta.
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El tema era que muchos de los pescadores estaban relacionados con el narcotráfico, porque justamente fueron capturados, mientras faenaban, en la ruta marítima por donde navegaban los carteles de la droga con sus productos hasta Centroamérica. Además, por la gran cantidad de combustible que tenían para faenar, se los acusaba de abastecer a lanchas que transportaban cocaína.
Ayer, este Diario habló en Quito con el defensor Público, Ernesto Pazmiño, y aseguró que “sí son muchos los ecuatorianos apresados” debería entrar en análisis entre las autoridades de justicia.
Mientras aquello ocurre ayer aparecieron más casos de personas cuyos parientes pagan condenas en otras naciones. El hijo de una mujer lleva seis meses detenido por transportar unos 750 kilos aproximadamente de cocaína en una lancha de fibra de vidrio. Con él viajaban dos pescadores más. Uno era de nacionalidad colombiana.
La mujer no para de llorar al igual que la esposa de otro pescador. “Fue una mala decisión, ahora tiene que pagar 15 años de cárcel”, señala. En su casa están los muebles nuevos y el televisor de 50 pulgadas que compró antes de viajar.
Otra señora, de 52 años, sabe que su hijo viajaba por segunda vez cuando fue capturado, a unas 600 millas náuticas de las costas de Esmeraldas. Con el primer viaje compró una casa pequeña.
Pero ahora tuvo que alquilarla para enviarle USD 150 hacia Estados Unidos.
En su barrio, en el 2015 se contabilizan 15 pescadores que cayeron ante el ofrecimiento de dinero del narcotráfico por llevar drogas.
Alejandro (nombre protegido) fue uno de los que concretaron el viaje y ahora dice que no quiere saber más de ello. “La lancha en la que llevamos el producto fue sumergida y nosotros, llevados a una playa para permanecer en un hotel hasta que nos vinimos en avión hasta Quito”.
Con los USD 30 000 que recibió por llevar el producto hasta Centroamérica, intenta sobreponerse de las deudas, y olvidarse de lo que pasó.
El trabajo entre las capitanías de puertos de Esmeraldas y Tumaco logró ‘bloquear’ una de las rutas trazadas por los carteles de la droga entre el límite marítimo de ambos países. Pero hay otras.
Hace dos años cerca de 20 pescadores ecuatorianos fueron detenidos por la patrulla de guardacostas colombianas, y sometidos a investigaciones, mientras realizaban faenas de pesca.
A ellos se los relacionaba con el narcotráfico, pero las investigaciones determinaron que en realidad eran pescadores, según la Cámara de Pesquería de Esmeraldas.
Unas 30 embarcaciones pesqueras permanecen detenidas en los puertos de Tumaco y Buenaventura, desde hace más de tres años, las que han sido retenidas por la Aduana de ese país.
Enrique, un pescador esmeraldeño apresado 15 días en Buenaventura, dice que ahora los asocian con los narcos. Él pescaba a unas 100 millas de Buenaventura, pero “fuimos llevados como narcos y apuntados con fusiles de asalto por los guardacostas de ese país”, señala.
En contexto
Los pescadores artesanales detenidos son de escasos recursos económicos y no pueden pagar por el patrocinio de un abogado en el exterior. Los familiares envían hasta USD 400 al mes para sus parientes y dicen que no pueden mandar más.