El suministro de electricidad se ha convertido en una posible amenaza para la producción petrolera. Una falla eléctrica, un rayo y hasta la eventual caída de un árbol cerca del tendido de las estaciones, que proveen de este suministro a los campos petroleros, pueden representar un riesgo.
El 97% de los pozos en producción de crudo funcionan con electricidad, el resto, que son pozos que están en áreas aisladas, operan con energía térmica (diésel), mencionó René Ortiz, exministro de Energía y Recursos Naturales no Renovables y exsecretario General de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Por esta razón, cualquier cambio en el voltaje de electricidad causa un cambio en el funcionamiento de las bombas electrosumergibles –que se encuentran dentro de los pozos petroleros-. Esta falla puede dañar estos aparatos o apagarlos, lo que causa una paralización temporal de la operación petrolera, explicó Ortiz.
La última caída de la producción de crudo, causada por una descarga eléctrica, ocurrió el 11 de diciembre de 2022.
Este apagón afectó a 728 pozos, que forman parte de los campos más productivos como Sacha, Shushufindi, Auca, Indillana, Libertador, Palo Azul y Lago Agrio. En total, la producción estatal se redujo en alrededor de 56 165 barriles de petróleo, con relación al día previo, según datos de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (ver gráfico).
La empresa estatal de petróleo Petroecuador informó el 13 de diciembre de 2022 que logró, en un solo día, la “recuperación” del 90% de la producción afectada el pasado 11 de diciembre por el apagón causado por una descarga eléctrica.
“El 10% restante de recuperación se alcanzará en los próximos días en los pozos que entraron en reparación por la afectación que causó el apagón”, precisó la entidad estatal.
Las afectaciones
Los barriles que no se produjeron, sin embargo, no se pueden recuperar y por lo tanto comercializar. Esto representa una pérdida para el Estado, precisó Miguel Robalino, especialista petrolero.
La última caída, por ejemplo, considerando el precio teórico del crudo ecuatoriano del 9 de diciembre de 2022 representa USD 3,5 millones.
Además, para poner operativos los pozos afectados se deber realizar intervenciones. Antes de encender un pozo –luego de una falla eléctrica- se revisan las bombas electrosumergibles, que permiten la extracción del crudo. Y, según el caso, si el daño es leve se hacen cambios de piezas y se puede ponerle a operar; y si no se puede encender se adquiere una nueva.
Los costos de reparación de estas partes se encuentran en alrededor de USD 250 000 por bomba, refirió Santos.
En octubre de 2021, una falla en el sistema eléctrico de la Subestación San Rafael” provocó ya que la petrolera estatal Petroecuador registre una pérdida de aproximadamente 31 0000 barriles.
Las medidas
Para evitar estas afectaciones y estabilizar la operación petrolera, Ortiz mencionó que Petroecuador debe instalar unos dispositivos especiales en las bombas electrosumergibles. Estos sistemas de baterías permiten que el suministro se mantenga sin variaciones. “El uso de estos aparatos en la industria petrolera es normal en el mundo. En Ecuador no, todavía estamos empezando”.
Además, el exministro de Energía –en el Régimen de Lenín Moreno- refirió que Petroecuador estaba realizando un estudio de la frecuencia con que se cae el suministro y los efectos negativos en la producción de petróleo crudo.
Actualmente, el suministro de electricidad para gran parte del sector petrolero es manejado por la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC), que genera en su mayoría con hidroelectricidad, que es energía limpia y está acorde con los objetivos globales del Cambio Climático. Esta medida responde a la estrategia mundial que ha adoptado esta industria. En Texas, Estados Unidos, por ejemplo, el 37% de la generación es eólica.
Robalino agregó que se puede contar también generadores de energía propios para que no se interrumpa la producción.
Antes, el sector petrolero producía –en su mayoría- su electricidad con diésel, y así era menos probable que existan fallas en el suministro, mencionó Fernando Reyes, vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Geología, Minas y Petróleo y Ambiente.
Por esto, Reyes consideró que las autoridades deben tomar medidas para mitigar posibles impactos negativos y alterar la cadena de producción de la industria petrolera nacional.
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