La escasez de ‘chips’ afecta la oferta de TV, vehículos y más

La empresa MP3 fabrica tarjetas electrónicas que son usadas en radios de autos. Foto: Cortesía

Parece increíble que la falta de un componente tan pequeño como un chip electrónico pueda paralizar toda una industria. Pero eso es lo que está pasando en el mundo y sus efectos ya se sienten en el mercado ecuatoriano.

Esos pequeños insumos son fundamentales para ensamblar autos, televisores, videojuegos, radios para vehículos, juguetes y otros productos. Pero hoy hay una crisis de microchips en el mundo.

La pandemia hizo caer la demanda de productos y las plantas que generan estas pequeñas piezas electrónicas se paralizaron. Luego, una mayor compra de aparatos tecnológicos por el teletrabajo o la teleeducación generó una reactivación de los pedidos, pero las industrias han tardado en dar respuesta.

La crisis y escasez de chips ha golpeado con particular fuerza a los fabricantes de autos, con cálculos que apuntan este año a pérdidas de esa industria por USD 110 000 millones en el mundo.

La japonesa Toyota anunció que recortará en este mes su producción mundial en un 40%. Mientras tanto, Volkswagen dijo que va a parar parcialmente la producción en su planta de Alemania.

Renault frenó sus plantas de Palencia, Valladolid y Sevilla, en España, para hacer frente a lo que llama “un cuello de botella en la industria de chips”.

En Ecuador, según Genaro Baldeón, presidente de la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade), el sector enfrenta dos grandes contingencias en este momento.

La primera es la falta de chips, que son componentes tecnológicos básicos para estos bienes. El segundo son los problemas logísticos del transporte marítimo, que han generado encarecimiento y retraso en la llegada de autos.

Todo esto ha originado retrasos de meses en la entrega de los vehículos a clientes en ciertos modelos, durante todo el presente año, aunque el mayor problema se siente desde mayo pasado.

Esto incide en las ventas de algunas concesionarias. Es el caso de GAC Motor, que cuenta con ‘stock’ necesario y los clientes pueden encontrar los modelos que buscan sin retraso. Sin embargo, no tienen certeza de cuánto tiempo contarán con stock disponible para la venta, indicó Sebastián Pérez, gerente comercial de esa firma.

Para otras marcas, que dependen en su totalidad de estas piezas, la escasez es “un dolor de cabeza”.

Édgar Landívar, representante de Yubox, dijo que han optado por cambiar los diseños de sus productos para incluir piezas de países donde sí hay disponibilidad; por ejemplo, de naciones europeas.

Pero, señala, que hay chips y microcontroladores cuyo cambio requiere toda una arquitectura electrónica nueva, y esto puede tomar meses.

La empresa elabora dispositivos para medición de calidad de aire, de energía eléctrica, dispositivos médicos y todo lo que se conoce como IoT (Internet de las Cosas).

Una tarjeta de TV tiene unos 1 500 componentes y varias de esas piezas pueden estar formadas por cientos de chips, algunos de ellos incluso microscópicos.

Juan Carlos Vega, presidente de Tarpuq, dijo que además de la escasez, el incremento del costo en los fletes ocasiona un doble impacto en el precio de televisores para el consumidor final. Por ejemplo, una TV de 32 pulgadas que costaba USD 180 ahora puede llegar a costar hasta USD 210.

Las firmas ejecutan estrategias para sortear el retraso en la llegada de productos.

En el sector de ensamblaje de vehículos, por ejemplo, las firmas ecuatorianas han optado por importar los componentes disponibles por vía marítima y cuando los semiconductores o chips estén listos los traerán por avión.

David Molina, director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz Ecuatoriana (Cinae), explicó que hacer este proceso logístico les permite a las empresas tener al menos tres meses, como plazo, para que las industrias elaboren, envíen los chips y lleguen al mismo tiempo que las otras partes. Proyecciones internacionales apuntan a que la escasez de los chips se sentirá hasta junio de 2022.

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